La historia de Estefanía Álvarez Bolívar, conocida como La Mona, ha dejado consternada a la sociedad colombiana. Esta mujer, presuntamente vinculada al grupo de delincuencia común organizada (GDCO) Los Paracos, fue enviada a prisión por su presunta participación en el secuestro y posterior tortura de un joven en la comuna 13 de Medellín.
El joven de 19 años fue interceptado por varias personas armadas y llevado por la fuerza a una cabaña abandonada, donde fue torturado durante tres días. Según la Fiscalía, le quemaron la espalda y las manos con cucharas calientes y cigarrillos, le introdujeron la cabeza en un balde con agua y le aplicaron descargas eléctricas.
Afortunadamente, el joven fue rescatado por servidores de la Policía Nacional que lo encontraron amarrado y deshidratado después de tres días sin agua y comida. Estefanía Álvarez Bolívar fue capturada y acusada de los delitos de concierto para delinquir agravado, secuestro simple agravado y tortura. Sin embargo, ella no aceptó los cargos imputados por un fiscal especializado de Medellín.
Cabe resaltar que por estos mismos hechos ya fue sentenciado Lluanes Makensy Bolívar Gómez a 15 años de prisión. La captura de Estefanía Álvarez Bolívar es una muestra de que las autoridades están trabajando incansablemente para garantizar la seguridad y la justicia en Colombia.
El caso de la Mona es una muestra del tipo de violencia que se vive en algunas comunas de Medellín, donde grupos delincuenciales han tomado el control y aterrorizan a la población. Es necesario que se tomen medidas efectivas para combatir la delincuencia organizada y proteger a la ciudadanía.
El hecho ha generado indignación y repudio en la sociedad, que ha pedido justicia para el joven y el castigo ejemplar para los responsables. La tortura es un delito grave que no puede quedar impune en ninguna circunstancia.