En la cárcel Peñas Blancas de Calarcá, un hombre identificado como Ricardo Garrido Cumbe, de 30 años, se quitó la vida en la celda que le correspondía. El hombre estaba cumpliendo una condena de 25 años de cárcel por asesinar a un menor de edad durante una guerra de pandillas en el año 2011, además de estar acusado por delitos de tráfico, fabricación y porte de estupefacientes.
El incidente ocurrió el lunes 1 de mayo, alrededor de las 7 de la noche, cuando otros reclusos alertaron a los guardias de la prisión de que Garrido Cumbe había intentado quitarse la vida. A pesar de que los guardias intentaron auxiliar al hombre y lo trasladaron al hospital La Misericordia de Calarcá, el daño que había sufrido era irreversible.
Garrido Cumbe fue condenado en 2011 por el asesinato de Jhon Alexánder Ortiz, un joven de 16 años, en el barrio Rafael Azuero Manchola de Neiva, Huila. El acusado disparó tres veces contra la víctima, mientras conversaba con unos amigos, en frente de varios familiares que señalaron a Garrido Cumbe como el autor del hecho.
Este trágico suceso es un recordatorio de las consecuencias devastadoras de la violencia y la delincuencia, no solo para las víctimas y sus familias, sino también para aquellos que cometen estos actos. La prisión no solo es un castigo por el delito cometido, sino también un lugar donde se busca la resocialización y la rehabilitación de los presos. La muerte de Garrido Cumbe es una pérdida para su familia y una muestra de la necesidad de prevenir la violencia y buscar soluciones pacíficas a los conflictos.
