Alejandra Martínez, una joven ciudadana de Pereira abordó un taxi en la Avenida Sur de Pereira, ya subida en el vehículo notó diferentes comportamientos extraños por parte del conductor como un extraño nerviosismo al ponerse el cinturón, constante manipulación de un pañuelo rojo debajo de su asiento en el que ella dice haber visto un arma blanca.
Al percatarse de este hecho, la joven le pidió al conductor que frenara su vehículo y amenazó con lanzarle gas pimienta, metros más adelante y tras el desespero de la mujer, el vehículo se detuvo y al fin pudo bajar. De inmediato fue a la estación de policía e interpuso la denuncia.
Alejandra decidió hacer pública la denuncia a través de sus redes sociales para advertir a otras mujeres en la ciudad sobre el peligro de abordar este taxi “fantasma” identificado con el lateral D-013 y que según la cooperativa encargada, no está inscrito, ya que desde hace seis meses los dueños decidieron venderlo y fue desafiliado de dicha empresa.
