Cali se enfrenta a un problema que no da señales de disminuir, la tasa de asesinatos continúa en aumento. Al finalizar el segundo trimestre del año 2023, se reportaron más de 500 homicidios, superando en un 1.6% los registros de la misma fecha en 2022.
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Según datos del Observatorio de Seguridad de Cali, el jueves 29 de junio ya se habían contabilizado 507 asesinatos. Los últimos ocurrieron en los barrios La Hacienda, El Poblado I, El Poblado, Olaya Herrera y Ciudad Floralia.
Objetivo de seguridad lejos de alcanzarse
Estas cifras resultan aún más preocupantes si recordamos las palabras del Secretario de Seguridad de Cali, Jimmy Dranguet, quien, a principios de año, estableció como meta para el 2023 tener menos de 800 homicidios, cifra que parece cada vez más difícil de alcanzar. Esta problemática contradice las expectativas que surgieron luego de que el 2022 cerrara con menos de 1,000 asesinatos.
La sombra del sicariato en Cali
En el barrio La Isla, específicamente en la carrera 9N n.° 42AN-22, un hecho violento dejó un saldo de tres jóvenes fallecidos y dos más heridos. Las víctimas, de edades comprendidas entre los 18 y 20 años, fueron acribilladas a balazos. Según los testigos, uno de los jóvenes falleció en el centro médico al que fueron trasladados, mientras que los otros dos perdieron la vida en el lugar del incidente.
La Secretaría de Seguridad de Cali informó que se están realizando las investigaciones correspondientes para dar con los responsables. El sicariato se ha convertido en una modalidad frecuente, en promedio, el 52% de los homicidios que ocurren cada año en Cali son cometidos bajo esta práctica.
Los resultados de las investigaciones preliminares
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Las autoridades apuntan a que este caso de violencia podría estar relacionado con las constantes disputas entre bandas delincuenciales dedicadas al tráfico de estupefacientes. Ante esta situación que no cesa en la capital del Valle del Cauca. Las comunidades claman por una mayor presencia policial y la implementación de medidas efectivas para disminuir la violencia.
La ciudadanía de Cali demanda más que promesas de seguridad. La comunidad requiere acciones contundentes que transformen la realidad de sus calles y garanticen la paz para sus habitantes.
