Los precios del pollo asado en picada: una cuestión de oferta y demanda
Después de meses en los que los precios del pollo asado han tocado máximos históricos, las cosas empiezan a cambiar para los colombianos. Este platillo favorito de las mesas colombianas, que hasta hace poco había adquirido estatus de lujo por los costos elevados, llegando a marcar los 40 mil pesos, ahora experimenta una caída en sus precios que devuelve el sabor del pollo a las casas.
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Según Gonzalo Moreno, presidente de Fenavi, la disminución en la tendencia del precio del pollo se debe en parte a una reducción de la demanda, producto del menor poder adquisitivo de los consumidores. Pero hay más factores en juego. Moreno también menciona una reducción en el 11% del costo de las materias primas, un cambio atribuible a la reducción en los precios internacionales del maíz y de la soja.
El pollo, más accesible en Bogotá y Villavicencio; el dólar, sin influencia por ahora
Un informe de precios revelado por el diario La República indica que las ciudades que lideran la caída de precios en este alimento son Bogotá, con un 5% de reducción, llevando el precio a $32.600, muy por debajo de lo que se podía conseguir a inicios de 2023, seguida por Villavicencio con una disminución de casi un 1% en comparación a otros meses.
Expertos han aclarado que la depreciación reciente del dólar no ha influido en el precio del pollo en este momento. «La tasa de cambio de hoy va a tener un efecto en tres meses. El precio de las últimas semanas del dólar hoy no tiene nada que ver con el precio de las importaciones”, aclaran.
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Se sugiere que esta situación, así como la disminución de los precios de otros alimentos, puede estar relacionada con la caída de la inflación que ha experimentado el país durante los últimos meses.
Este afortunado giro en los precios representa una excelente noticia para el bolsillo de los colombianos. Los amantes del pollo asado podrán volver a hacer planes de fines de semana que incluyan la tradicional visita a los grandes asaderos de pollo de la ciudad.
En tiempos de incertidumbre económica, la caída en el precio del pollo asado es un respiro para las familias que luchan por mantener su estilo de vida y sus tradiciones. Por ahora, los asadores se preparan para recibir a una avalancha de clientes que ansían el sabor del pollo asado, una delicia que vuelve a ser accesible.