Un llamado de alerta en la madrugada
La tranquilidad del barrio El Bosque fue violentamente perturbada en la madrugada de este martes. Aproximadamente a las 4 de la mañana, fuertes ruidos emergieron de una residencia, presagiando una tragedia inminente. Los residentes de la casa contigua relatan cómo la crisis de una mujer, identificada como Mónica Grueso, se manifestó con el estruendo de objetos arrojados al suelo.
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Mónica, una enfermera de 40 años que vivía sola, había estado luchando contra la depresión durante un tiempo considerable, de acuerdo con testimonios de conocidos y familiares. Un profesional de la salud, Mónica prestó sus servicios en reconocidas instituciones como la clínica San Francisco y el hospital Rubén Cruz Vélez, sin embargo, en esta ocasión fue ella quien necesitaba asistencia médica.
Intentos desesperados de auxilio fallidos
Los vecinos, alertados por la conmoción, se acercaron a la vivienda de Grueso. Observaron a través de la ventana un escenario desgarrador: Mónica colgaba del marco de una puerta con una soga alrededor del cuello. La asistente de Grueso, al llegar a la residencia y darse cuenta de la tragedia, convocó inmediatamente a los residentes locales para que ayudaran.
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Desesperados por salvarla, los vecinos ingresaron al inmueble rompiendo los vidrios, pero lamentablemente ya era demasiado tarde. Mónica Grueso había perdido su batalla contra la depresión y su cuerpo yacía inerte, marcando el trágico desenlace de un combate que llevaba tiempo librándose en la intimidad de su hogar.
La tragedia de Mónica subraya la necesidad de una mayor conciencia y acción sobre la salud mental en nuestra sociedad, especialmente en tiempos de creciente soledad y estrés.
