La emotiva despedida de un guerrero que luchó contra una enfermedad devastadora
El país y el mundo del fútbol colombiano están conmocionados con la historia de Javier Acosta, el hincha de Millonarios que decidió someterse a la eutanasia después de combatir durante varios años una dura enfermedad provocada por una agresiva bacteria que le fue carcomiendo el cuerpo poco a poco. Este viernes, Acosta falleció a las 12:47 p. m., tras someterse a la eutanasia en la clínica Esencial en Bogotá, mientras cientos de hinchas lo acompañaron afuera con cánticos y arengas, rindiéndole un último adiós. A lo largo de su enfermedad, Acosta dejó grandes enseñanzas y un icónico mensaje para la sociedad colombiana, reflejando una valentía y fortaleza admirables.
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Detalles del proceso de eutanasia y las condiciones en Colombia
Mucho se habló sobre el proceso de la muerte asistida al que se iba a someter Javier Acosta. Inicialmente, se especuló que el procedimiento se realizaría en el Hospital San Ignacio, donde Acosta había estado hospitalizado. Sin embargo, dicho centro médico informó que no disponen de los servicios necesarios para llevar a cabo la eutanasia. Finalmente, el proceso se realizó en la clínica Esencial, ubicada en la calle 42 #13A-11, en la localidad de Chapinero, al oriente de Bogotá.
La clínica Esencial, en su página web, especifica las condiciones para que un paciente sea apto para aplicar a este proceso de eutanasia en Colombia. Entre los requisitos establecidos se incluyen:
Permanecer en estado de inconsciencia irreversible, como en estado de coma o estado vegetativo permanente.
Ser incapaz, de manera permanente, de comunicar necesidades o reconocer a familiares y amigos.
Incapacidad para proveer cuidados básicos de forma permanente y casi total.
Sufrir un dolor o sufrimiento incontrolables.
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Estas condiciones son rigurosas y están diseñadas para asegurar que la decisión de someterse a la eutanasia sea tomada bajo circunstancias extremas y justificadas. El caso de Javier Acosta ha puesto de relieve la complejidad y el impacto emocional que conlleva el proceso de eutanasia, generando un debate sobre la calidad de vida y el derecho a decidir sobre el propio destino en casos de enfermedades terminales.
La historia de Javier Acosta ha tocado los corazones de muchos y ha abierto un diálogo sobre la eutanasia y el sufrimiento humano. Su valentía y la manera en que enfrentó su enfermedad han dejado una huella en la memoria de quienes lo conocieron y en la sociedad colombiana en general. En su última despedida, Acosta demostró que el amor y el apoyo de su comunidad fueron un pilar importante en su camino final, y su legado perdurará como un testimonio de la fuerza y la dignidad humana frente a la adversidad.