El expresidente Donald Trump ha propuesto nominaciones polémicas, incluyendo a figuras antivacunas y a congresistas cuestionados, para probar la fidelidad de los senadores republicanos.
Donald Trump, en su camino hacia un segundo mandato como presidente de Estados Unidos, ha decidido poner a prueba la lealtad de los senadores republicanos al proponer nominaciones para su gabinete que generan gran controversia. Entre ellas se encuentran figuras tan polémicas como Robert F. Kennedy Jr., conocido por sus posturas antivacunas, y Matt Gaetz, el congresista de Florida implicado en varias controversias, para ocupar puestos clave como Secretario de Salud y Fiscal General. Estas propuestas han dejado a los legisladores republicanos en una posición incómoda, pues su apoyo es crucial para la confirmación de los nominados, pero también podrían enfrentar represalias si se niegan a respaldar al expresidente.
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Lealtad, el factor clave en las decisiones de Trump
Trump, consciente de las dificultades que enfrentó en su primer mandato para lograr la confirmación de sus nominaciones, ha subrayado la importancia de la lealtad por encima de todo. El magnate considera que su victoria electoral, no solo en el Colegio Electoral, sino también en el voto popular, le otorga un mandato fuerte para avanzar con su agenda sin las mismas restricciones que antes. Durante una reciente reunión con miembros republicanos de la Cámara de Representantes, Trump instó a sus seguidores a mantenerse firmes y leales, asegurando que “si dice ‘salta tres metros y ráscate la cabeza’, todos saltamos tres metros y nos rascamos la cabeza”. Aunque públicamente la mayoría de los legisladores republicanos se ha mostrado dispuesto a apoyarle, en privado algunos expresan frustración por la presión constante.
Desacuerdo interno y resistencia a los nombramientos polémicos
Los nombramientos de Trump para cargos clave, sin embargo, no están exentos de resistencias. Un ejemplo claro es la propuesta de Robert F. Kennedy Jr. como Secretario de Salud. Kennedy, quien ha sido un destacado crítico de las vacunas, es también una figura polémica por sus posturas sobre el aborto, algo que ha generado rechazo dentro de sectores conservadores del partido republicano, incluidos figuras como Mike Pence. Por otro lado, la nominación de Matt Gaetz como Fiscal General también ha generado desconcierto. Gaetz, conocido por su rol en la destitución del expresidente de la Cámara Kevin McCarthy y su cuestionado historial, ha sido visto por algunos senadores republicanos como un obstáculo para la estabilidad política en Washington.
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Para que las nominaciones de Trump sean aprobadas, necesitarán el apoyo de al menos 51 senadores, lo que significa que el expresidente puede permitirse un máximo de tres deserciones. A pesar de los desafíos, Trump ha trazado un plan ‘B’ que consiste en nombrar a sus candidatos como “interinos” en caso de no conseguir la confirmación. Esta estrategia, que evita la necesidad de un voto formal en el Senado, no ha sido bien recibida por todos los republicanos, pero algunos, como el senador John Thune, están dispuestos a considerarla.