Colombia continuará repatriando a sus deportados desde EE. UU. y podría usar cruceros si aumenta la cifra
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, ha confirmado que el gobierno colombiano continuará con los vuelos regulares para repatriar a los connacionales deportados desde Estados Unidos. En una declaración reciente, Petro reafirmó el compromiso del Estado con el respeto a la dignidad humana, señalando que la repatriación se hará de manera que los colombianos no lleguen a su país «encadenados como delincuentes». Sin embargo, el mandatario también señaló que, en caso de que aumente considerablemente el número de deportados, evaluará la posibilidad de utilizar cruceros para facilitar su traslado.
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La repatriación aérea y la posibilidad de usar cruceros
Gustavo Petro, en una entrevista con TelevisaUnivision, detalló que la repatriación aérea de los deportados colombianos continuará siendo la forma principal de traslado. Sin embargo, en una medida poco común, el presidente mencionó que, de ser necesario, se contemplaría el uso de barcos y cruceros para transportar a los deportados en caso de un aumento significativo en el número de colombianos deportados desde Estados Unidos. Petro explicó que los cruceros, dependiendo de su capacidad, podrían transportar entre 1.000 y 6.000 personas, lo que permitiría una solución mucho más ágil para la situación.
“El número de deportados puede aumentar, y si ese fuera el caso, mandamos cruceros, barcos. Un crucero, dependiendo de su tamaño, puede llevar entre 1.000 y 6.000 personas. De esta manera, se podría resolver el problema con mayor facilidad”, aseguró el mandatario.
Este anuncio ha generado una variedad de reacciones en la opinión pública y en el ámbito político colombiano. Por un lado, muchos ciudadanos y líderes políticos respaldan la medida, destacando la importancia de asegurar un regreso digno para los colombianos. Por otro lado, se han expresado preocupaciones sobre la viabilidad económica de un plan de repatriación masiva mediante cruceros, especialmente en un contexto de advertencias sobre la situación fiscal del país.
La financiación del plan y la prioridad de la dignidad humana
Ante los cuestionamientos sobre la posible financiación de un plan de repatriación masiva mediante cruceros, especialmente en un contexto económico complicado, el presidente Petro fue tajante. “El presupuesto, de acuerdo a la Constitución, tiene una priorización: primero la dignidad humana. La dignidad humana no tiene precio”, enfatizó. De esta manera, el mandatario dejó claro que, para su gobierno, la repatriación de los colombianos deportados es una cuestión de derechos fundamentales, y que la dignidad de sus compatriotas será siempre prioritaria, por encima de otros factores.
El contexto fiscal del país ha sido una de las preocupaciones más recurrentes en los últimos meses, dado el creciente déficit fiscal y las advertencias de organismos internacionales sobre la necesidad de recortar gastos. Sin embargo, la postura del presidente refleja su compromiso con los derechos humanos y con la atención a los colombianos que han sido deportados y que, en muchos casos, se encuentran en situaciones vulnerables tras su salida de Estados Unidos.
El uso de cruceros, aunque poco convencional, se presenta como una opción logística que podría aliviar la presión sobre los vuelos regulares y, a la vez, ofrecer una solución práctica para los altos volúmenes de repatriados. Sin embargo, la implementación de este plan aún depende de una serie de factores, incluidos los costos asociados y la capacidad del gobierno para gestionar esta operación de forma eficiente.
Impacto de la medida en la relación Colombia-EE. UU.
La política de repatriación y el envío de vuelos para traer de vuelta a los deportados colombianos han sido objeto de discusión desde el inicio del mandato de Petro. Aunque la repatriación es un derecho de los connacionales, la medida ha generado tensión en las relaciones diplomáticas entre Colombia y Estados Unidos. En particular, los vuelos regulares de repatriación y la posibilidad de enviar cruceros podrían verse como un acto de resistencia frente a las políticas migratorias más estrictas adoptadas por el gobierno estadounidense, especialmente en el contexto de las deportaciones masivas que se han incrementado en los últimos años.
La administración de Petro ha insistido en que, aunque apoya el retorno de los deportados a su país, se debe asegurar que los colombianos regresen en condiciones de dignidad, sin ser tratados como criminales al momento de arribar a Colombia. Este enfoque contrasta con las políticas de deportación de Estados Unidos, que a menudo involucran la detención en centros de migrantes y la deportación bajo condiciones que muchos consideran inhumanas.
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Reacciones políticas y sociales ante el anuncio de Petro
La noticia de la posible repatriación mediante cruceros ha provocado una ola de reacciones, tanto de apoyo como de rechazo. Algunos sectores políticos aplauden la iniciativa, aludiendo a la necesidad de asegurar que los connacionales no sufran humillaciones o trato inadecuado en el proceso de deportación. Otros, en cambio, cuestionan si el gobierno colombiano tiene los recursos suficientes para llevar a cabo un plan de esta magnitud, en un momento de austeridad fiscal.
A nivel social, el tema ha despertado un debate sobre la migración, la política exterior colombiana y la respuesta a las políticas migratorias de Estados Unidos. Muchos ciudadanos se muestran a favor de que el gobierno asegure el retorno digno de los deportados, pero también exigen transparencia y claridad en el manejo de los recursos destinados a este fin.