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jueves, mayo 8, 2025
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Con un Bafle y un triciclo frenaron la contaminación

Con la Recicleta y un bafle, este reciclaje comunitario transformó La Paila y frenó la contaminación desde las calles.

En medio del ruido del plástico y la indiferencia, un sonido distinto empezó a recorrer las calles de La Paila, en el norte del Valle del Cauca. No era una protesta. No era un político. Era un bafle amarrado a un triciclo. Y detrás de él, un grupo de ciudadanos con un propósito claro: crear el reciclaje comunitario más inspirador del país y frenar la contaminación que estaba afectando su entorno.

Así nació Funmocilapa, un movimiento que demuestra que no se necesitan millones para hacer una revolución ambiental. Solo se necesita voluntad, un poco de ingenio, y mucho corazón.

Reciclaje comunitario: la chispa que encendió una transformación

Durante años, la basura se acumulaba sin control. Nadie separaba los residuos. Nadie reciclaba. Pero un pequeño grupo de habitantes se cansó de ver cómo el plástico terminaba en los ríos. Querían actuar.

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Sin recursos, pero con ideas, adaptaron un triciclo. Le pusieron un bafle, lo conectaron a una batería y comenzaron a recorrer casa por casa. Así nació un modelo de reciclaje comunitario puerta a puerta, donde la conciencia ambiental se escuchaba a todo volumen.

La gente comenzó a esperar ese sonido. Cuando oían el parlante, sabían que era hora de sacar sus materiales reciclables. El mensaje era claro: “Reciclemos, salvemos el planeta”. Y así, la comunidad comenzó a cambiar.

Reciclaje comunitario que trasciende: de las calles al sector empresarial

Funmocilapa pasó de ser un esfuerzo voluntario a convertirse en un ejemplo regional de reciclaje comunitario organizado. Gracias a un fondo concursable de Río Paila Castilla, transformaron una casa abandonada en centro de acopio y fortalecieron su logística.

Luego, ganaron una licitación que les permitió administrar cinco Unidades Temporales de Residuos dentro de la planta industrial. Hoy, clasifican residuos ordinarios, eléctricos, químicos y reciclables. Y entregan todo bajo protocolos rigurosos de control.

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Más de 20 toneladas de residuos han sido rescatadas gracias a este modelo. Un modelo que nació con un triciclo, un bafle y la fuerza de la comunidad.

Piensan futuro: energía solar y expansión regional

Ahora buscan desarrollar un triciclo ecológico impulsado por energía solar. Su visión es que el reciclaje comunitario no solo sea eficiente, sino también sostenible.

Quieren llevar esta experiencia a municipios como Cartago y Tuluá. Capacitan a más personas. Organizan bingos ambientales, reciclatones y actividades lúdicas. Y sobre todo, siguen transformando vidas.

Funmocilapa ya no es solo una organización: es un símbolo de lo que puede lograrse cuando una comunidad se une por un bien mayor.

Si en La Paila frenaron la contaminación con un triciclo y un bafle, ¿qué esperas tú para activar tu propio reciclaje comunitario? El planeta te está esperando.

Redacción El Norte Hoy

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