Explosivos dirigidos contra militares refuerzan tensiones entre el Gobierno y el ELN
Un ataque atribuido al ELN en el municipio de Anorí, Antioquia, dejó cinco militares muertos este jueves, según informó el Ejército de Colombia. La agresión ocurrió mientras los uniformados custodiaban a un grupo de exguerrilleros en cumplimiento de tareas de seguridad. Este acto, considerado una grave violación de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario, fue ejecutado por el “Frente de Guerra Darío Ramírez Castro” del ELN.
En un primer reporte, el Ejército confirmó la muerte de cuatro militares, además de cuatro heridos y un civil afectado. Horas más tarde, se informó del fallecimiento de un quinto soldado a causa de las heridas recibidas durante el ataque. Este nuevo episodio aumenta la tensión entre el Gobierno de Gustavo Petro y el grupo insurgente.
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Condena al ataque y respuesta del Gobierno
El ministro de Defensa, Iván Velásquez, lamentó profundamente la pérdida de los soldados, a quienes calificó como héroes en el cumplimiento de su deber. “Estos hombres fueron asesinados mientras protegían vidas, sin participar en actividades de combate. Este acto criminal refuerza el dolor de un país que anhela la paz”, afirmó Velásquez.
El Alto Comisionado para la Paz, Otty Patiño, también expresó solidaridad con los familiares de las víctimas y subrayó la necesidad de que el ELN asuma su responsabilidad por el atentado. “Este acto no tiene justificación alguna y esperamos que el ELN explique ante el país su falta de compromiso con los esfuerzos por construir la paz”, añadió Patiño a través de la red social X.
Por su parte, el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, condenó el ataque y señaló que “este tipo de acciones demuestran que el ELN no tiene interés en la paz”. El Gobierno nacional ha anunciado un refuerzo de las operaciones de seguridad en la región para prevenir nuevos actos de violencia.
Impacto en los diálogos de paz
Este ataque ocurre en un contexto delicado, marcado por tensiones crecientes entre el Gobierno de Gustavo Petro y el ELN. A pesar de los esfuerzos por avanzar en los diálogos de paz, ambas partes se han acusado mutuamente de carecer de voluntad para alcanzar acuerdos significativos.
En respuesta a este ataque, el Ejército ha reiterado su compromiso de llevar a los responsables ante la justicia. Según un comunicado oficial, presentarán denuncias penales para que este acto criminal no quede impune.
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Además, el presidente Gustavo Petro expresó su rechazo a los actos de violencia, destacando que quienes promuevan la guerra enfrentarán la persecución de la fuerza pública. “La ofensiva contra criminales de esta naturaleza es indispensable. La paz no puede construirse sobre actos que afectan la vida de quienes trabajan por un país mejor”, afirmó el mandatario.
Repercusiones en la región y la opinión pública
El ataque en Antioquia no solo ha dejado un saldo trágico, sino que también ha generado preocupación en las comunidades locales, que enfrentan un clima de incertidumbre por la escalada de violencia en la región. La población exige mayor presencia estatal y garantías de seguridad ante la amenaza constante de grupos armados.
Mientras tanto, organizaciones defensoras de derechos humanos han instado al Gobierno y al ELN a reanudar las conversaciones con un enfoque más decidido para evitar que hechos como estos se repitan. La paz, insisten, requiere de compromisos reales por ambas partes.
Este nuevo atentado del ELN plantea retos significativos para el Gobierno de Gustavo Petro, que busca consolidar su visión de una «paz total». Sin embargo, hechos como el ocurrido en Anorí dejan claro que el camino hacia ese objetivo sigue lleno de obstáculos.
La fuerza pública y la ciudadanía esperan una estrategia clara para combatir estos actos violentos y, al mismo tiempo, avanzar en el diálogo como una herramienta esencial para alcanzar la paz en Colombia.