El misterioso caso de los hermanos Mucutuy, que cautivó a la nación después de que estuvieron desaparecidos durante 40 días en la selva del Guaviare, tiene un nuevo y perturbador capítulo. Este viernes, las autoridades confirmaron la detención de Manuel Ranoque, quien es el padre biológico de dos de estos menores y padrastro de los restantes.
Delitos oscurecen aún más la historia de los niños que estuvieron perdidos en la selva.
Las razones detrás de la captura de Manuel Ranoque han sorprendido y preocupado a muchos. Según informes oficiales, se le acusa de actos sexuales abusivos con menor de 14 años en concurso heterogéneo y el delito de acceso carnal abusivo con menor de 14 años. Las víctimas de estos presuntos abusos serían Lesly Mucutuy, hermana mayor de los niños desaparecidos y de quien es padrastro.
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Esta información, que añade una capa más profunda y oscura al ya angustiante relato de los hermanitos Mucutuy, ha generado reacciones de conmoción en la sociedad. Las investigaciones iniciales indican que los abusos habrían ocurrido antes de que los niños desaparecieran, lo que plantea aún más interrogantes sobre las circunstancias que rodean toda la situación.
Medidas de protección en marcha
El ICBF (Instituto Colombiano de Bienestar Familiar) ha tomado medidas rápidas y contundentes para garantizar la seguridad y el bienestar de los niños. Desde que se llevaron a cabo las entrevistas iniciales, se suspendieron las visitas de Manuel Ranoque y otros familiares cercanos al entorno de los menores. Ahora, los pequeños están en un proceso de protección, siendo supervisados únicamente por el defensor de familia.
La comunidad ha expresado su apoyo y solidaridad hacia los hermanos Mucutuy, deseando que, a pesar de los desafíos y traumas que han enfrentado, puedan encontrar un camino hacia la recuperación y una vida llena de amor y cuidado.
El caso de los hermanitos Mucutuy y su padre, Manuel Ranoque, ha resaltado la importancia de la protección de los menores y la necesidad de que la sociedad esté alerta y activa en denunciar y prevenir cualquier forma de abuso. El camino hacia la justicia es largo, pero es crucial para garantizar un futuro más seguro y amoroso para todos los niños.
