Uno de cada tres cigarrillos vendidos en Colombia proviene del contrabando. Aunque históricamente estos productos llegaban desde Paraguay y Venezuela, los contrabandistas han modificado sus rutas y ahora los fabrican en Estados Unidos. La falta de controles en las aduanas y la alta rentabilidad han convertido esta actividad en un negocio en auge.

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El negocio del contrabando de cigarrillos en Colombia

El comercio ilegal de cigarrillos no solo afecta la economía formal, sino que también genera un problema de salud pública. La Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (ANDI) estima que el 34% de los cigarrillos en el país son de contrabando, lo que representa pérdidas fiscales anuales superiores a los 2,2 billones de pesos.

Los contrabandistas han encontrado en Estados Unidos un nuevo centro de producción. A diferencia del narcotráfico, el comercio de tabaco ilegal no es una prioridad para las autoridades estadounidenses, lo que permite que las fábricas operen sin grandes obstáculos. Una vez fabricados, los cigarrillos son transportados por redes internacionales que los introducen a Colombia sin pagar impuestos ni cumplir con normativas sanitarias.

Rutas y métodos: cómo evaden los controles

Los traficantes han perfeccionado sus métodos para evitar la detección. Las autoridades han identificado que los cigarrillos entran al país a través de puertos clave en la costa Caribe y la frontera con Ecuador. Una vez en territorio colombiano, la mercancía se distribuye rápidamente en mercados informales.

La rentabilidad del contrabando es un factor clave. Mientras que un cigarrillo legal paga altos impuestos, los productos ilegales se venden hasta un 50% más baratos. Este margen de ganancia atrae a redes criminales que operan con la complicidad de funcionarios corruptos en aduanas y carreteras.

El caso de «Papá Pitufo» es un claro ejemplo de cómo operan estas organizaciones. Este contrabandista colombiano logró mover toneladas de cigarrillos ilegales gracias a sobornos y contactos dentro de las entidades encargadas de frenar el tráfico ilícito. Su detención puso en evidencia la fragilidad del sistema de control colombiano.

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Impacto y medidas necesarias

El crecimiento del contrabando de cigarrillos tiene efectos devastadores. En primer lugar, afecta la recaudación de impuestos que deberían financiar el sistema de salud y otros programas sociales. Además, estos productos no cumplen con las normativas de calidad, lo que pone en riesgo la salud de los consumidores.

El gobierno colombiano ha intensificado sus esfuerzos para frenar este delito. Sin embargo, la falta de recursos y la corrupción siguen siendo grandes obstáculos. Expertos recomiendan fortalecer la cooperación internacional y aumentar las sanciones para los responsables de esta actividad ilícita.

Mientras el negocio del contrabando siga siendo altamente rentable y de bajo riesgo, su expansión será inevitable. La lucha contra este fenómeno requiere un esfuerzo conjunto entre las autoridades, el sector privado y la sociedad civil.