Deportaciones y denuncias de abuso
Este martes, dos vuelos procedentes de Estados Unidos aterrizaron en Colombia, trayendo a 201 ciudadanos deportados. Las declaraciones de algunos pasajeros han expuesto lo que califican como un trato inhumano durante el proceso de repatriación.
Uno de los deportados, un ingeniero mecatrónico de Medellín, expresó su indignación tras ser señalado públicamente. “Es una vil calumnia. Nosotros solo buscábamos oportunidades, pero no somos narcotraficantes”, afirmó. Relató que estuvo detenido 12 días en Texas antes de ser deportado. Según su testimonio, en los vuelos internos dentro de Estados Unidos permanecían esposados.
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“Ellos dicen que es por seguridad, pero es humillante. Cuando llegó el vuelo a Colombia, al menos nos quitaron las esposas”, añadió. Ahora planea reunirse con su familia en Medellín y buscar alternativas para comenzar de nuevo.
Otro colombiano deportado narró un caso similar. “Nos esposaron de pies a cabeza, como criminales. Fue horrible”, aseguró. También denunció burlas por parte de los funcionarios. “Decían: ‘Papá Trump está en la casa’. Era indignante ver cómo se reían mientras nos trataban como delincuentes”.
Costos, riesgos y sueños truncados
El ingeniero deportado explicó que decidió emigrar a Estados Unidos por ambición, pese a tener un trabajo estable en Colombia con un salario de $4 millones mensuales. Relató que invirtió $10.000 dólares en su viaje, incluyendo el pago a “coyotes” para cruzar la frontera entre México y Estados Unidos.
“Tomé un vuelo a Ciudad de México, luego a Ciudad Juárez, y de ahí llegué a la frontera para pedir asilo”, narró. Aunque inicialmente justificó su solicitud alegando persecución, confesó que no era su caso. “Es lo que todos hacen, inventar razones para intentar quedarse”, admitió.
Otro deportado, originario de Girardot, describió la escena más impactante para él: hijos viendo cómo esposaban a sus madres, “como si fueran criminales”. En su caso, aseguró que huyó de la violencia que había sufrido, sin revelar detalles por temor a represalias.
La postura oficial
Según la Cancillería, los vuelos de repatriación cumplieron con los protocolos establecidos para garantizar un retorno digno. Además, informaron que en la tripulación se incluyeron funcionarios de Migración, personal médico y representantes de la Coordinación de Asistencia a Connacionales.
“El objetivo fue garantizar el respeto a los derechos de los ciudadanos y monitorear su estado de salud”, aseguró un vocero oficial. Sin embargo, los testimonios de los deportados contrastan con esta versión.
Reflexión final
La historia de los deportados evidencia los desafíos que enfrentan muchos colombianos en su búsqueda de mejores oportunidades. Las denuncias sobre el trato recibido en el proceso de deportación generan interrogantes sobre la protección de los derechos humanos en estos casos.
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El retorno de estos ciudadanos pone en perspectiva la complejidad de las migraciones y las dificultades que enfrentan quienes deciden dejarlo todo por un sueño que, en muchos casos, termina en frustración.