La nueva ley prohíbe el matrimonio de menores de 18 años, un avance importante en la lucha contra el matrimonio infantil en Colombia.
El Congreso de Colombia aprobó este miércoles una ley que prohíbe el matrimonio infantil, estableciendo que la edad mínima para contraer matrimonio en el país será de 18 años. Esta legislación marca un hito en la historia de Colombia, que hasta ahora mantenía una de las legislaciones más laxas de Sudamérica en este ámbito.
En una sesión marcada por la unanimidad, el presidente del Senado, Efraín Cepeda, celebró el resultado y expresó su satisfacción con la medida. «Aprueba la plenaria el proyecto (de ley), todos estamos felices», exclamó, destacando la importancia de la nueva norma para proteger a las niñas y adolescentes de prácticas que perpetúan la desigualdad y la violencia. Ahora, el presidente Gustavo Petro deberá sancionar la ley para que entre en vigencia, un proceso que se espera ocurra en las próximas semanas.
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Matrimonio infantil en Colombia: una problemática persistente
A pesar de los avances en otras áreas, el matrimonio infantil sigue siendo una práctica común en muchas regiones de Colombia, sobre todo en comunidades rurales y marginadas. En 2023, se registraron 114 matrimonios con menores de edad, según cifras oficiales. Esta cifra refleja una costumbre que afecta principalmente a niñas, muchas de las cuales son forzadas a contraer matrimonio con hombres de mayor edad. En muchos casos, estas uniones perpetúan ciclos de pobreza, deserción escolar y limitan las oportunidades de desarrollo y autonomía de las mujeres jóvenes.
La aprobación de la ley marca un hito después de varios intentos fallidos de prohibir el matrimonio infantil en Colombia desde 2007. Sandra Ramírez, abogada de la ONG Equality Now, celebró el avance y destacó la importancia de la medida. «Que el Senado de la República haya votado a favor de esta ley después de nueve intentos es realmente impresionante», comentó. Sin embargo, advirtió que la implementación de la ley será clave, especialmente en comunidades rurales e indígenas, donde las prácticas tradicionales siguen siendo predominantes.
Desafíos para la implementación de la ley
Aunque el Congreso dio un paso trascendental, expertos y organizaciones de derechos humanos destacan que el verdadero desafío comienza ahora: garantizar que la ley se implemente de manera efectiva. Diana Moreno, vocera de la ONG Profamilia, subrayó que la nueva normativa representa un avance fundamental para proteger a las niñas y adolescentes, pero enfatizó que el trabajo no termina con la sanción de la ley. «Es un paso importante, pero el trabajo continúa. Es crucial que las comunidades, especialmente las rurales, se eduquen sobre las implicaciones de esta ley», afirmó.
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Además, la legislación enfrenta retos relacionados con las fuertes tradiciones y costumbres de algunas regiones del país, donde el matrimonio infantil sigue siendo visto como una práctica cultural aceptada. En este sentido, organizaciones como Unicef han advertido sobre los riesgos de que las niñas, en especial las de comunidades afrodescendientes e indígenas, sigan siendo víctimas de matrimonios forzados, a pesar de la prohibición legal.
El Congreso de Colombia ha dado un paso decisivo para erradicar una de las prácticas más dañinas para los derechos de los menores. Sin embargo, el éxito de esta ley dependerá de su aplicación efectiva y de la sensibilización de la sociedad.