El alcalde de Medellín explica la confrontación que llevó al uso de palabras fuertes
Medellín se convirtió en el centro de una controversia nacional después de que su alcalde, Daniel Quintero, llamara «hijueputa» al concejal Sebastián López durante la presentación del proyecto de acuerdo que busca diluir la participación de EPM en Tigo-UNE.
El contexto y la confrontación
Quintero explicó que el episodio tuvo lugar en medio de la presentación de la propuesta de Milicom para la mencionada dilución. Durante este acto, denunciaba lo que considera una situación injusta hacia los antioqueños. Sin embargo, el ambiente se caldeó aún más cuando solicitó a los concejales del Centro Democrático que fueran ellos quienes presentaran el proyecto, lo que resultó en la mencionada confrontación.
No conozco personalmente al alcalde de Medellín, Daniel Quintero, pero atreverse a enfrentar la mafia de la oficina Uribe-Fico que ha saqueado a la capital paisa durante años, merece toda la admiración. pic.twitter.com/eqi5FXIbkg
— Sergio Marín (@SergioComunes) September 21, 2023
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La justificación de Quintero y el debate sobre la corrupción
Sobre su elección de palabras, Quintero afirmó: «Yo le pido disculpas a los que se hayan sentido molestos con la palabra, pero no puedo llamar de una manera diferente a una de los antioqueños.» Resaltó que lo verdaderamente doloroso es lo que considera un robo a la ciudad. Cuando se le cuestionó si usaría de nuevo tal expresión hacia López, defendió su postura diciendo: «Lo que es una grosería es que se roben la plata de la gente, eso sí es una grosería».
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A lo largo de la entrevista, Quintero mantuvo que su prioridad es defender lo público y proteger los intereses de Medellín y de los antioqueños. Subrayó que las acusaciones en su contra carecen de pruebas y que muchas son meras estrategias políticas. «Si a usted le parece que el motivo de la indignación es un robo, ¿por qué no nos indignamos? Y esa es una denuncia suya que tendrán que investigar las autoridades», concluyó.
Este incidente refleja la tensión política en la ciudad y pone de manifiesto la urgencia de mantener un diálogo constructivo en pro de los intereses de Medellín y de sus habitantes. La comunidad espera que se resuelvan las diferencias y que la gobernabilidad no se vea afectada por desencuentros personales.
