Impacto inmediato del derrumbe en la movilidad
El martes 8 de abril, un significativo derrumbe interrumpió la movilidad en uno de los tramos más transitados entre Manizales y Bogotá. Desde las primeras horas de la mañana, conductores y pasajeros quedaron atrapados en un extenso embotellamiento. Obdulio Hernández Buriticá, un pasajero afectado, relató que su vehículo no se movió ni un centímetro entre las 6:20 a. m. y las 8:37 a. m. «Era un mar de vehículos en ambos sentidos, una completa parálisis vehicular», describió Hernández.
La situación no solo afectó a los viajeros habituales, sino también a operaciones críticas como las de las fincas ganaderas locales, que vieron retrasadas sus actividades diarias debido al bloqueo.
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Respuesta a la emergencia y restablecimiento del tráfico
Las autoridades reaccionaron desplegando maquinaria pesada para despejar los escombros en la vía. Alrededor de las 10:40 a. m., el trabajo coordinado permitió la apertura de un carril, lo que empezó a aliviar gradualmente el congestionamiento. «Finalmente, después de horas de espera, pudimos ver movimiento; fue un alivio considerable», comentó un conductor que prefirió mantenerse anónimo.
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La rápida respuesta de los equipos de emergencia fue crucial para mitigar el impacto del derrumbe, aunque los retrasos causaron cancelaciones de eventos importantes, como la visita de estudiantes de arquitectura de la Universidad Nacional a Los Nevados, que tuvo que ser pospuesta.