En 1967, Hernán Gaviria marcó la historia de los viajes terrestres en Colombia al completar la ruta Bogotá-Cali en menos de cuatro horas, algo que parecía imposible para la época. Este sorprendente logro se basó en una mezcla de avances tecnológicos, planificación meticulosa y condiciones favorables que permitieron romper paradigmas de transporte en un país con una infraestructura vial todavía en desarrollo.
La hazaña de Gaviria no solo despertó admiración, sino que también inició conversaciones sobre el potencial de la tecnología automotriz y la eficiencia de las carreteras nacionales.