Las redes sociales no perdonan: continúan los tropiezos del mandatario en la redacción

El presidente de la República, Gustavo Petro, no es solo una de las personalidades más consultadas por los colombianos debido a las decisiones cruciales que toma para el país, sino que también es una figura que debería ser un ejemplo a seguir en todos los aspectos. Sin embargo, el mandatario ha estado en el ojo del huracán por sus reiterados y groseros errores ortográficos. Los deslices, que parecen haberse convertido en una constante, reflejan una aparente despreocupación por la correcta redacción en el papel que desempeña.

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Entre burlas y llamados a la corrección

Recientemente, la senadora María Fernanda Cabal, no perdió la oportunidad de burlarse de estos deslices del presidente. Con un afilado trino, señaló hasta 19 errores en una sola publicación del mandatario. No obstante, el incidente más reciente tuvo lugar este miércoles 4 de octubre, cuando Petro publicó un trino a las 7:57 a.m. sobre los problemas de agua en La Guajira. En este, escribió incorrectamente la palabra «lluvias», utilizó una «b» en lugar de «v», y cometió un error al escribir «trabajando», duplicando la letra «t» en lugar de colocar la «r». Aunque el mandatario editó el trino para corregir «lluvias», dejó intacto el otro error.

Las redes sociales, como siempre, se convirtieron en el escenario principal de críticas y memes sobre el mandatario. Un usuario escribió: “La pésima ortografía y gramática hablan de que fue pésimo estudiante y que tiene pensamiento caótico y poco enriquecido. Razones que demuestran que usted no es un intelectual. Estudie, presidente”.

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Un clamor que va más allá del humor

Pero no todo ha sido burlas. La situación ha generado tal revuelo que el reconocido ‘influencer’ Daniel Samper Ospina ha pedido seriamente que a Petro se le contrate un profesor de ortografía. Resaltó las constantes “heces” que el presidente escribe diariamente en sus redes sociales, señalando una preocupante falta de conocimiento en la redacción de textos para alguien que se supone está altamente preparado.

Estas incidencias reflejan más que simples errores de dedo o lapsus momentáneos. Resaltan la necesidad de que las figuras públicas, especialmente aquellas en puestos de relevancia, muestren coherencia y precisión en sus comunicaciones. La correcta redacción no es solo una cuestión estética, sino que también transmite seriedad, compromiso y respeto hacia los destinatarios del mensaje. En este caso, todo un país que espera claridad y ejemplaridad de su líder máximo.