El estadio de Wellington, el viernes pasado, fue el escenario del inicio de una emocionante competición. Con un aplastante 3-0, la selección femenina de España demostró su valía frente a un Costa Rica que no pudo hacerle frente, evidenciando así las credenciales de las españolas como candidatas al título del Mundial femenino.
Superioridad indiscutible: una primera mitad para el recuerdo
La selección de Costa Rica llegó a este partido como la clara no favorita y su actuación refrendó esta situación. En apenas la primera media hora de juego, España ya había sentenciado el duelo. Un autogol de Valeria del Campo a los 21 minutos fue el inicio de la debacle tica, seguido por dos goles más a cargo de Aitana Bonmatí (23) y Esther González (27). Esta última puso de manifiesto la superioridad española al asistir en el primer gol y anotar en el último del trío.
La dinámica y el despliegue físico del equipo español contrastaron con la aparente lentitud y estática de las costarricenses. Bajo la llovizna y el frío austral, las españolas no cejaron en su empeño de demostrar que venían por todo.
Sin embargo, el marcador de 3-0 no reflejó la totalidad del dominio español sobre el partido. Costa Rica, aunque intentó defenderse y contraatacar, no pudo ante el constante asedio de las europeas.
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Putellas reaparece: un regreso esperado y una esperanza costarricense
El encuentro no estuvo exento de emociones más allá de los goles. La doble Balón de Oro, Alexia Putellas, hizo su reaparición tras un año de recuperación de una grave lesión de rodilla, jugando los últimos 20 minutos del encuentro. Sin duda, una presencia que añadió más mordiente al ataque español y que marcó el regreso de una de las figuras más destacadas del fútbol femenino.
Costa Rica también tuvo una ausencia destacada. El cuerpo técnico decidió no arriesgar a la futbolista Raquel Rodríguez por una reciente lesión, según portavoces del equipo. Una decisión que pudo haber costado caro al equipo tico, dado el resultado del encuentro.
Superioridad española y la resistencia tica
La estrategia de juego de España se basó en el dominio del balón y en la presión constante sobre el equipo rival, lo que resultó en un control casi absoluto del partido. Frente a jugadoras como Salma Paralluelo, Aitana Bonmatí y Olga Carmona, Costa Rica se vio obligada a replegarse en su mitad del campo para intentar contener las embestidas de las españolas.
Costa Rica no se rindió, y en el segundo tiempo intentó equilibrar las acciones, con la mediocampista Gloriana Villalobos liderando los esfuerzos del equipo. Sin embargo, fue insuficiente ante la superioridad de las europeas.
La portera costarricense Daniela Solera tuvo una destacada actuación a pesar de la derrota, deteniendo varias oportunidades claras de gol por parte de las españolas. Pero lamentó las desconcentraciones de su equipo que derivaron en los goles encajados.
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Un inicio prometedor para las españolas
Este inicio de la competición no podría haber sido mejor para las españolas. Con un juego dominante, eficaz y contundente, el equipo español ha dejado claro que su objetivo es el título. El siguiente desafío será contra los equipos de Japón y Zambia, que completan el Grupo C, y que seguramente estarán observando este contundente inicio español con cautela.
Por su parte, Costa Rica tendrá que revisar su estrategia y aprender de los errores cometidos en este partido para tener alguna esperanza de avanzar en el torneo. Las palabras de Solera resumen bien la situación: «Siempre tenemos que estar concentradas». Para Costa Rica, el camino solo se hace más empinado a partir de ahora.
