El nuevo ‘impuesto saludable’ propuesto para las bebidas azucaradas y alimentos procesados en Cali ha encendido las alarmas entre la comunidad de tenderos locales. Octavio Quintero, presidente de la Junta Directiva de Fenalco Valle, ha expresado su preocupación por las posibles consecuencias económicas de esta medida fiscal, advirtiendo que podría haber una merma significativa en las ventas de los pequeños comerciantes, que en gran medida dependen de estos productos para sus ingresos.

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El Impacto Económico en las Tiendas de Barrio

Durante una entrevista con Caracol Radio, Quintero señaló que la introducción del ‘impuesto saludable’ podría resultar en una disminución aproximada del 8% en los ingresos totales de las tiendas de barrio en su primer año de aplicación. Este porcentaje no es trivial cuando se considera que alrededor del 30% de los productos ofrecidos en estos puntos de venta incluyen alimentos y bebidas que estarían sujetos al nuevo impuesto. Los embutidos, gaseosas, chocolates, y productos de panadería y pastelería son parte fundamental de la oferta que podría encarecerse debido al impuesto.

Además, el estudio de Fenalco Valle arroja luz sobre una realidad particularmente preocupante para las panaderías y pastelerías, donde el 32.8% de los ingresos se obtiene de ventas de productos que se verían afectados por un aumento del 10% en sus precios. Esto no solo podría disminuir el poder adquisitivo de los consumidores sino también disminuir las ventas y, por ende, los ingresos de estos comercios.

La Doble Cara del ‘Impuesto Saludable’: Salud Pública vs. Economía Local, en Cali

Si bien Quintero enfatiza la importancia de la salud de los colombianos, también resalta los posibles efectos adversos de la imposición de nuevos impuestos en un sector vital del comercio local. La delicada balanza entre promover hábitos de consumo más saludables y mantener la viabilidad económica de los pequeños comerciantes es un tema que está generando un intenso debate en la ciudad.

Ante esta situación, el líder de Fenalco Valle ha puesto sobre la mesa la necesidad de implementar campañas educativas, las cuales serían esenciales para orientar a los consumidores hacia mejores hábitos alimenticios. Estas iniciativas, lideradas por los prestadores de salud, podrían contrarrestar el impacto negativo del impuesto, ofreciendo a los ciudadanos información valiosa sobre la importancia de una dieta equilibrada y saludable.

Buscando Caminos Medios

En conclusión, mientras que la intención detrás del ‘impuesto saludable’ es positiva en términos de salud pública, no se puede ignorar el impacto que tendría en los tenderos de Cali. La solución puede residir en un enfoque colaborativo que involucre educación al consumidor, apoyo al comercio local y políticas fiscales que no comprometan la supervivencia de los pequeños negocios que son el corazón de la economía de barrio. La comunidad de Cali se enfrenta al reto de encontrar un equilibrio sostenible que beneficie tanto la salud de sus ciudadanos como la economía local.