Gremio transportador alerta sobre posible cese de actividades y impacto en la inflación.
Desde la Federación Nacional de Transportadores de Carga (Fedetranscarga), se ha expresado una profunda preocupación por el anunciado incremento en el precio del ACPM para la vigencia 2024. El temor principal radica en cómo esto podría generar un efecto cascada, impactando directamente la inflación y llevando al borde de un cese de actividades.
El presidente de Fedetranscarga, Henry Cárdenas, destacó la relevancia del gremio como un muro de contención frente a la inflación. Según Cárdenas, un estancamiento en el aumento del precio de este combustible evita sobre costos adicionales en fletes y, por ende, evita alzas en los precios de diversos alimentos. Sin embargo, el actual escenario de incremento del ACPM en más del 30% pone en jaque la viabilidad de la actividad transportadora.
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De $2.200.000 a $4.300.000: el preocupante futuro del tanqueo de una tractomula.
Actualmente, tanquear una tractomula tiene un costo aproximado de $2.200.000. Con el proyectado incremento, este monto se elevaría a cerca de $4.300.000 anualmente. A esta cifra preocupante se suman otros retos que enfrenta el sector, como carreteras en mal estado, inseguridad, fluctuaciones en el precio del dólar, entre otros. Todo este cúmulo de dificultades lleva a considerar un cese de actividades una vez se implementen los incrementos.
Henry Cárdenas hizo un llamado a la unidad, insistiendo en que las decisiones gubernamentales necesitan ser bien ponderadas, sobre todo en un contexto económico que ve declinar sus indicadores.
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El ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, fue quien anunció estos cambios en el precio del ACPM en Colombia. A pesar de que confirmó que su precio se mantendrá en los próximos meses, los incrementos comenzarían a partir de febrero, llevándose a cabo gradualmente en un periodo de 18 meses. Si se tiene en cuenta que actualmente el ACPM tiene un costo promedio de $9.357, con la brecha expuesta por el ministro, este precio se elevaría a más de $17.000.El panorama plantea entonces un desafío tanto para el sector transportador como para el Gobierno Nacional. La capacidad de diálogo y negociación será fundamental para evitar que las cadenas de suministro se vean gravemente afectadas, lo cual repercutiría directamente en el bolsillo de los colombianos.
