En un intento por reducir la alta inflación en Colombia, el Gobierno Nacional y las grandes cadenas de supermercados han implementado una serie de medidas que han desencadenado una feroz guerra de descuentos. Sin embargo, estas acciones parecen estar golpeando indirectamente a las populares tiendas de barrio, uno de los canales de compra más importantes del país.
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Según la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco), esta situación no es insignificante y termina afectando tanto a los comerciantes como a los consumidores. Se estima que entre el 42 y el 46% de las familias colombianas compran en las tiendas de barrio. Fenalco señala que este porcentaje es relevante y puede variar dependiendo de la coyuntura, ya que los consumidores buscan mejores opciones para satisfacer sus necesidades básicas.
Treinta, un ecosistema digital que ya tiene más de un millón de microempresarios en Colombia y más de cinco millones en toda América Latina, realizó un análisis sobre el impacto que esta reducción de precios tiene en las tiendas de barrio. Según sus datos, el volumen de ventas del canal tradicional ha disminuido un 12% en los primeros tres meses de 2023, mientras que los precios para los tenderos han aumentado un 15%. Productos como alimentos y bebidas son los más afectados, también debido a la volatilidad del dólar y la inflación.
Fenalco concluyó diciendo que por cada cien pesos de venta de mercancías, un supermercado obtiene una ganancia neta entre dos y cuatro pesos. En términos técnicos, el margen de rentabilidad neta es entre el 2% y el 4%, un porcentaje tan bajo debido a la intensa competencia en el sector.
A medida que la guerra de descuentos continúa, es crucial que se tome en cuenta el impacto que esta tiene en las tiendas de barrio. Este sector, que juega un papel vital en el abastecimiento de la población colombiana, debe ser cuidadosamente considerado en las estrategias para combatir la inflación.
