Imputan cargos de homicidio agravado a Darwin Felipe Beltrán; autoridades aseguran que es un riesgo para la sociedad
En la noche del 30 de octubre, un juez de Bogotá ordenó medida de aseguramiento en prisión para Darwin Felipe Beltrán, acusado de asesinar a sus hijos de 4 y 7 años. Beltrán fue imputado por homicidio agravado. Según la Fiscalía, dejarlo en libertad podría representar un peligro para la sociedad debido a la brutalidad de sus acciones.
Las autoridades encontraron a los menores sin signos vitales y con evidentes signos de violencia en la vivienda. El informe policial detalló que Beltrán había confesado inicialmente su culpabilidad, justificando sus actos en un conflicto de pareja. Durante la audiencia de imputación de cargos, se retractó y se declaró inocente. Sin embargo, la medida carcelaria se mantuvo, generando gran rechazo en la comunidad y un fuerte compromiso de las autoridades para esclarecer el caso.
Un crimen sin posibilidad de beneficios judiciales
El abogado penalista Saúl León, entrevistado en Citynoticias, explicó que, aunque Beltrán aceptara su responsabilidad, la Ley de Infancia y Adolescencia le impide acceder a reducciones de pena o acuerdos judiciales. Según el jurista, esta prohibición legal evita que el acusado obtenga algún tipo de rebaja de condena. De acuerdo con la ley, en casos de infanticidio no existen beneficios de reducción de pena, debido a la gravedad de los hechos.
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Con esta medida, la Fiscalía busca que Beltrán reciba la pena máxima permitida en Colombia: 60 años de prisión. El sistema judicial colombiano aplica estas restricciones en homicidios contra menores para proteger los derechos de la infancia y garantizar justicia para las víctimas.
Detalles de los hechos y perfil del acusado
En la audiencia, surgieron detalles del brutal crimen. De acuerdo con Noticias RCN, Beltrán atacó a su hija Susan con arma blanca al menos siete veces, y al pequeño Santy, de 4 años, lo golpeó contra una pared. Vecinos de la zona, horrorizados por los hechos, relataron a Noticias Caracol el desgarrador momento. Uno de ellos mencionó: “Yo estaba aquí cuando escuché el grito. Corrí y lo vi mostrando al niño ensangrentado por la ventana”.
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Beltrán, de 31 años, había sido descrito por sus vecinos como un consumidor problemático de sustancias y alguien con problemas psiquiátricos. Su historial incluía antecedentes de violencia intrafamiliar, hurto y receptación. Una vecina afirmó en Blu Radio que el acusado “perdía el control por su situación económica y problemas de adicción”.
El caso ha desatado un debate en Colombia sobre la protección de los menores y el rol de la salud mental en el país. La Fiscalía General de la Nación solicitó una pena ejemplar para disuadir futuros episodios de violencia intrafamiliar y envió un mensaje contundente de rechazo a los delitos contra la infancia.
La sociedad colombiana sigue este proceso con gran expectativa, mientras las autoridades avanzan en el juicio buscando justicia para estos dos menores.
