María Aderlinda Forero Vargas, una ama de casa de 39 años de edad, lleva más de una década sufriendo intensos dolores abdominales a causa de una aguja e hilo que quedaron alojados en su vientre tras una cirugía de ligadura de trompas en San José del Guaviare. Desde el día posterior al nacimiento de su último hijo, María ha pasado alrededor de 4.000 días con este dolor que la ha impedido llevar una vida normal.
A pesar de haber pedido citas médicas en varias ocasiones, solo le mandaban a tomar Acetaminofén, medicamento que resultó insuficiente para mitigar el dolor. Actualmente, utiliza un medicamento más fuerte y costoso para aliviar su malestar.
En noviembre del 2022, después de una resonancia y una ecografía, recibió la noticia de que en su vientre se encuentran alojados la aguja y el hilo, causantes de su dolor. Actualmente, se encuentra a la espera de la valoración que se realizará con el cirujano el próximo 12 de mayo, con la esperanza de que sea el último paso para poder quitarse ese dolor que la ha molestado por tanto tiempo.
María no ha podido presentar una tutela, ya que le han informado que no hay nada que reclamar, debido a que ya la van a valorar. Ella espera que finalmente se le pueda ayudar a calmar estos dolores que tanto la han afectado.
