Usuarios en redes sociales reportan remezón en diversas zonas del país
A las 5:02 de la mañana de este lunes 18 de septiembre, Colombia se vio sorprendida por un temblor de 4.0 de magnitud, cuyo epicentro se localizó en el municipio de Toledo, Norte de Santander, tal como lo confirmó el Servicio Geológico Colombiano. Este sismo, específicamente en la región del triángulo de Gibraltar, que se encuentra entre Norte de Santander, Santander y Boyacá, no sólo despertó a los habitantes de Toledo, sino también a aquellos que residen en departamentos como Santander, Norte de Santander, Arauca, Cundinamarca, Boyacá y Valle, incluyendo a la capital, Bogotá.
Dada su profundidad superficial, que se registró menor a 30 kilómetros, el sismo fue lo suficientemente fuerte como para que múltiples usuarios en redes sociales compartieran su experiencia y preocupación.
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Colombia: En el corazón de la actividad sísmica mundial
Ubicada en una de las zonas sísmicas más activas a nivel global, Colombia enfrenta la realidad de los sismos casi como una constante. La interacción de las placas tectónicas en su territorio es la causa primordial de esta actividad recurrente. La capital, Bogotá, situada en una región intermedia, no es ajena a estos movimientos telúricos y se mantiene alerta ante posibles temblores.
El Instituto Distrital de Gestión de Riesgos y Cambio Climático (Idiger) ha señalado que la convergencia de las placas tectónicas de Nazca y del Caribe contra la placa suramericana en territorio colombiano es una fuente significativa de esta actividad sísmica. Es más, estos fenómenos naturales se relacionan directamente con procesos de subducción en el Pacífico colombiano y con las fallas geológicas activas que atraviesan el país.
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La costa Pacífica colombiana es una zona de especial atención. Allí, la placa Nazca se introduce bajo la placa suramericana, originando un proceso que, además de generar sismos, influye en la actividad volcánica de la Cordillera Central.
Si bien los sismos son un fenómeno natural al que los colombianos se han adaptado, es esencial continuar con políticas de prevención y educación, para que la población esté preparada y se reduzcan los riesgos asociados a estos eventos telúricos.
