Un nuevo golpe a los derechos de las mujeres. El régimen talibán en Afganistán ha implementado un código de conducta que prohíbe a las mujeres hacer uso de su voz en espacios públicos. Esta medida, presentada como parte de una campaña para “promover la virtud y eliminar el vicio”, ha sido duramente criticada por organizaciones internacionales, considerándola una violación de las libertades fundamentales.
El artículo 13: Silenciando las voces femeninas
El nuevo código de conducta, presentado por el portavoz del régimen, Maulvi Abdul Ghafar Farooq, introduce en el artículo 13, que la voz femenina es un “atributo íntimo” y no debe ser expuesto. Esto implica la prohibición de actividades como cantar, recitar o leer en voz alta, privando a las mujeres de participar activamente en la vida cultural.
Este artículo se suma a una serie de medidas restrictivas que los talibanes han impuesto desde su regreso al poder en 2021. Dirigidas específicamente a reducir la presencia y participación de las mujeres en la esfera pública. La prohibición de la educación para niñas mayores de 12 años, la imposición del burka, y la prohibición de trabajar en la mayoría de los empleos son solo algunas de las restricciones que han vuelto a estas mujeres prácticamente invisibles.
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El portavoz Farooq defendió la nueva normativa argumentando que “es deber del Estado proteger los valores islámicos y asegurar que las mujeres sean respetadas y no expuestas”. Esta interpretación extrema de la ley islámica ha sido rechazada por expertos y defensores de los derechos humanos. La ven como una excusa para legitimar la opresión y el control absoluto sobre las mujeres.
Un retroceso devastador para los derechos de las mujeres
La implementación de este nuevo código es vista como un retroceso devastador para los derechos de las mujeres en Afganistán. Durante las últimas dos décadas habían logrado avances significativos en su participación en la vida pública. Bajo el anterior gobierno, las mujeres habían comenzado a acceder a la educación superior, ocupar cargos públicos y desempeñar un papel activo en la sociedad.
Este regreso a políticas ultraconservadoras ha generado una profunda preocupación en la comunidad internacional. Diversas organizaciones de derechos humanos han advertido que la imposición de este código no solo silencia literalmente a las mujeres, también establece un marco legal para perseguirlas y castigarlas si se atreven a desafiar esto.
“El régimen talibán está institucionalizando la discriminación de género bajo la apariencia de proteger la moral pública”, señaló un portavoz de Human Rights Watch. “Esta normativa no solo viola los derechos básicos de las mujeres, sino que también promueve un ambiente de miedo y represión”.
La respuesta de la comunidad internacional
La comunidad internacional ha expresado su preocupación por el deterioro de los derechos de las mujeres en Afganistán bajo el gobierno talibán. A pesar de las condenas y las presiones diplomáticas, el régimen ha mostrado poca disposición a modificar su postura.
El Consejo de Seguridad de la ONU ha convocado a varias reuniones de emergencia para discutir la situación de los derechos humanos en Afganistán, pero hasta ahora las acciones concretas han sido limitadas. Las sanciones económicas y las restricciones de viaje a líderes talibanes no han logrado frenar las políticas represivas del régimen.
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Las organizaciones internacionales continúan brindando apoyo a las mujeres afganas a través de iniciativas que buscan mantener el acceso a la educación y a servicios esenciales. Estas operaciones enfrentan enormes desafíos debido al contexto de represión y violencia en el país.
Conclusión
Este nuevo código de conducta talibán es un alarmante retroceso en la lucha por la igualdad de género en Afganistán. Junto con otras restricciones impuestas por el régimen, amenaza con borrar décadas de progreso y condenar a las mujeres afganas a una vida de silencio y sumisión. La comunidad internacional debe redoblar sus esfuerzos para apoyar a las mujeres de Afganistán y presionar al régimen talibán para que respete los derechos humanos.