Tienda revive con apoyo que conmueve al barrio
Una tienda que parecía apagada vuelve a brillar. En la Carrera 20, casa número 427, un grupo de gestión social tomó una decisión que cambió la tarde y, probablemente, el destino de un pequeño negocio de barrio. La tienda, que se encontraba en un momento difícil, fue elegida para una compra con propósito: apoyar su reactivación.
Apoyo que despierta la economía local
El gesto no solo fue simbólico. Los integrantes del grupo llegaron con una meta clara: hacer la compra del día en esta tienda. Y no se limitaron a lo básico. Llevaron arroz, panela, azúcar, chocolate, café, triguizar, sardinas, atún y hasta artículos de aseo.
Este tipo de apoyo representa un impulso real para los negocios pequeños, donde cada venta marca la diferencia. Además, reafirman que las soluciones comunitarias pueden ser más efectivas que las grandes promesas institucionales.
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¿Qué se vende en esta tienda?
La tienda está bien surtida. Se consiguen alimentos básicos como lentejas, alberjas, cuchuco, harina de trigo, bombones, chipitos, melonchos, horn y bocadillos. Pero también hay productos de cuidado personal, papitas, doritos, megaquesos, labiales, anillos y cadenitas. Incluso venden platos, tazas y cucharas. Todo lo necesario para el hogar, al alcance de todos.
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Gestión social con propósito humano
“No solo les agradezco por la compra, sino por haber venido”, dijo la dueña entre lágrimas. Para ella, la visita significó más que ventas. Fue un acto de validación, de presencia, de recordar que detrás de cada tienda hay una historia y una familia que lucha por salir adelante.
Lo que realmente mueve a un barrio
Este tipo de iniciativas reafirman que el comercio de barrio no ha muerto. Solo necesita una chispa para revivir. Y esa chispa puede ser cada uno de nosotros. Comprar cerca no es solo una transacción, es una decisión política, económica y afectiva.