Aumenta la popularidad de los licores artesanales en los establecimientos comerciales.
En los últimos meses, el paisaje comercial ha evidenciado un notable crecimiento en el número de emprendedores y negocios que han optado por incursionar en la fabricación y venta de licores artesanales. El término «licores artesanales» hace alusión principalmente a bebidas como vinos, cremas de whisky y cervezas, que se producen mediante técnicas tradicionales y rudimentarias, aunque en algunos casos, también se recurre a tecnologías avanzadas para su producción.
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Regulaciones y sanciones claras para quienes incumplan.
Comercializar estas bebidas requiere seriedad y atención. A lo largo y ancho del país, las Secretarías de Hacienda establecen claramente las normas de venta, basándose en las disposiciones del Ministerio de Hacienda. En particular, en Risaralda, el Estatuto de Rentas dicta pautas específicas para la producción y venta de estos licores.
Cruz Mary Galvis Ríos, la directora de Fiscalización de Risaralda, afirmó contundentemente: «El Estatuto de Rentas de Risaralda no deja lugar a dudas. Ninguna bebida alcohólica sin el Registro Sanitario del Invima puede comercializarse, ya sea en locales establecidos o ventas ambulantes. Estas bebidas se categorizan como fraudulentas. Y si falta la estampilla que certifica el pago del Impuesto al Consumo, se etiqueta directamente como contrabando.»
Conocer y respetar estas regulaciones es esencial, no solo para mantener la integridad comercial, sino también para evitar fuertes sanciones. A los propietarios que venden bebidas fraudulentas se les sanciona duramente: pueden enfrentar multas de hasta 15 veces el impuesto omitido, además del propio impuesto. Y si se trata de productos de contrabando, la penalización puede llegar a 10 veces el impuesto evadido, sumando el impuesto original.
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Conclusión:
La tendencia hacia la fabricación y venta de licores artesanales es innegable. Sin embargo, al igual que con cualquier negocio, es crucial estar bien informado y cumplir con todas las regulaciones pertinentes. El Registro Invima no es sólo un mero trámite, sino una garantía de calidad y legalidad para los consumidores y una protección para los comerciantes frente a posibles sanciones. Antes de dejarse seducir por esta creciente tendencia, asegúrese de tener todos los permisos y registros en regla. Porque, más allá de la pasión por el arte de la destilación, es esencial operar dentro del marco de la ley.
