Colombia enfrenta una crisis hídrica que requiere medidas urgentes para evitar mayores problemas de abastecimiento
La y Desarrollo Sostenible, María Susana Muhamad, ha emitido una grave advertencia sobre el desabastecimiento de agua en Colombia, instando a los ciudadanos a adoptar medidas inmediatas para conservar este recurso vital hasta abril de 2025. En un comunicado reciente, Muhamad enfatizó la necesidad de reducir la demanda de agua en al menos 3 metros cúbicos por segundo del sistema Chingaza, con el objetivo de mitigar los efectos de la escasez de lluvias y asegurar la disponibilidad del recurso en los próximos meses.
Escasez de lluvias aumenta la urgencia
El llamado de la ministra surge en un contexto de escasez de lluvias que se prevé afectará el segundo semestre de 2024. Esta situación ha generado preocupación por el impacto en los embalses, que podrían enfrentar niveles críticos si no se toman medidas preventivas. Según el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM), la falta de lluvias podría llevar a una restricción más severa en el servicio de acueducto si no se logra un ahorro significativo en el consumo de agua.
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Muhamad explicó que, si el consumo continúa al ritmo actual de 11 metros cúbicos por segundo, los embalses podrían reducirse a solo el 22% de su capacidad para diciembre. Para evitar esta situación, se ha propuesto una reducción del consumo a 8 metros cúbicos por segundo a partir de octubre. Esta medida es esencial para garantizar un suministro adecuado durante la temporada seca que se prevé para enero de 2025.
Medidas específicas para la conservación del agua
Para enfrentar la crisis, el Ministerio de Ambiente ha establecido un plan de acción que incluye varias estrategias clave. Primero, se reducirán los promedios de consumo a partir del cual se ajustan las tarifas, incentivando así un uso más eficiente del agua. Segundo, se actualizarán los planes de contingencia con los prestadores de servicios en la sabana de Bogotá para adaptarse a la nueva meta de reducción de 3 metros cúbicos por segundo.
Además, se prevé que el Ministerio de Vivienda colabore con los municipios de la sabana de Bogotá para gestionar el consumo a mediano plazo, buscando reducir la dependencia del embalse de Chingaza y promover prácticas de conservación más sostenibles en la región.
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“Es crucial que todos entendamos la gravedad de la situación y actuemos en consecuencia. La conservación del agua es una responsabilidad compartida y debemos estar preparados para enfrentar los desafíos que se avecinan”, concluyó la ministra Muhamad.
Con estos esfuerzos, el gobierno espera mitigar el impacto de la escasez de agua y asegurar un suministro adecuado para todas las regiones afectadas durante el próximo año. La cooperación de todos los ciudadanos es fundamental para superar esta crisis y garantizar la sostenibilidad de los recursos hídricos del país.