Así se están robando el dinero en las cuentas bancarias. El sector financiero colombiano enfrenta un desafío sin precedentes, con un promedio de 45 ataques cibernéticos por segundo, revelando la magnitud del riesgo que suponen los delincuentes digitales para la seguridad de los activos de los colombianos. Esta cifra tan preocupante fue compartida por Jonathan Malagón, presidente de Asobancaria, durante el 26° Congreso de Tesorería realizado en Cartagena, destacando la vulnerabilidad de los bancos y otras entidades financieras ante estos peligros constantes.
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Inversiones y estrategias en defensa de la seguridad financiera
A pesar del volumen abrumador de ataques, la industria bancaria ha logrado mantener la seguridad de la gran mayoría de las transacciones. «En Colombia, por cada $100.000 transados, solo $6 generan algún tipo de reclamación, y de esos, solo $1 representa un compromiso de seguridad efectivo», explicó Malagón, resaltando la eficacia de las medidas de seguridad implementadas hasta el momento.
Además, Alejandro Vera, vicepresidente técnico de Asobancaria, subrayó el compromiso del sector con la innovación y la protección, destinando $300.000 millones anuales a la integración de inteligencia artificial, aprendizaje automático y transformación digital para fortalecer las defensas contra los ciberdelincuentes.
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Colaboración y conciencia: Claves para proteger los activos digitales
El sector bancario no solo se enfoca en la mejora de sus infraestructuras tecnológicas sino que también promueve la colaboración con centros de respuesta a incidentes cibernéticos y con las autoridades, buscando blindar el sistema financiero contra los ataques. Además, se llevan a cabo campañas informativas dirigidas a los usuarios, educándolos sobre los riesgos de mensajes de texto, correos electrónicos y llamadas fraudulentas, que no solo buscan vulnerar los sistemas bancarios sino también engañar a los clientes para robar recursos o información valiosa.
Esta realidad pone de manifiesto la importancia de la seguridad cibernética en el sector financiero, donde la lucha contra los ataques digitales es una prioridad constante. La inversión en tecnología avanzada, la colaboración entre entidades y la educación de los consumidores son fundamentales para garantizar la integridad y la confianza en el sistema bancario colombiano, asegurando así la protección de los activos de los ciudadanos en el entorno digital.
