Nicolás Galindo, un joven de 25 años que vivía en Bogotá, y que trabajaba como tatuador, murió mientras intentaba cruzar el Río Bravo, el cual también es conocido como el último tramo de la travesía en la que muchos migrantes se embarcan para llegar a Estados Unidos e intentar alcanzar el llamado “sueño americano”.
Hace algunos meses, este joven decidió emprender viaje hacia los EE.UU. y fue así como contactó a un hombre que presuntamente lo ayudaría a llegar a este país, desde Ciudad de México y poder cruzar la frontera. El joven habría llegado el 25 de octubre a México, al parecer en compañía de otros amigos, y habría permanecido hasta el 1 de noviembre cuando emprendió su trayecto hacia Monterrey.
“Al cabo de unos días esa persona me llama y me dice que mi hermano se había ahogado, que no sabía qué hacer, que necesitaba ayuda urgente porque no lo habían podido encontrar”, contó Yuliana Galindo, hermana de la víctima a un medio de comunicación nacional.
Según la información, el joven habría sido arrastrado por la fuerte corriente del Río Bravo, por lo que alertaron al puesto migratorio de la ciudad mexicana de Reynosa, ellos lograron encontrar el cuerpo del joven tiempo después del reporte aproximadamente a unos 300 metros del último lugar donde lo habían visto sus acompañantes y luego lo extrajeron de las aguas.
Según la publicación en redes sociales, varias funerarias se han comunicado con la familia para ofrecerles los servicios de repatriación, pero con elevados costos por los trámites burocráticos y el transporte. La familia se comunicó con la Cancillería y desde allí les informaron que los costos para poder recuperar el cuerpo de Nicolás ascendían a más de 25 millones de pesos.
Debido a esta situación, ahora han emprendido colectas solidarias a través de Vaki y otros medios. Amigos y allegados también han realizado eventos para recolectar fondos que le ayuden a la familia a repatriar el cuerpo del joven.
