David Correa y Patricia Tovar, dos personas humildes y soñadoras, no cabían en el orgullo que les genera su hija María Camila, quien con tan sólo 17 años ha logrado con esfuerzo y dedicación, de la mano de sus padres, un máximo título en equipo, un reconocimiento fundamental en su carrera como futbolista, así recibió su Cartago natal a la subcampeona mundial, con todo el cariño, la alegría y el orgullo que desbordó una ciudad que aunque no representa con su uniforme, la lleva en el alma como la cuna que la vio nacer con su maravilloso talento deportivo.
Poco antes del mediodía, decenas de cartagüeños ya estaban esperando en el peaje cerritos dos, para recibir a la niña subcampeona de Cartago, el orgullo era determinante y presente en cada uno de los ciudadanos, la familia y los amigos más cercanos fueron hasta el aeropuerto Matecaña de la ciudad de Pereira a recibir a la joven jugadora, quien poco después hizo el encuentro con sus coterráneos en la vía hacia la Villa de Robledo.
Las fotos, los abrazos no se dieron a esperar, la sonrisa no cabía en el rostro y el orgullo tampoco en el alma, don David y doña Patricia, los patrocinadores incansables de María Camila, parecían incrédulos ante tanta admiración por su hija, esa pequeña que desde los diez años decidió que su rumbo era tras una pelota de fútbol y que hoy les devuelve su esfuerzo con creces, siendo este título, el primero de muchos que espera alcanzar.
La lateral izquierdo del equipo nacional sub 17, feliz por su reencuentro con el sol más alegre de Colombia, subió al carro de bomberos del organismo voluntario de Cartago. En compañía del equipo de prensa de la administración municipal y por su puesto doña Patricia, quien no quería separarse ni un minuto de su niña.
Así comenzó el recorrido, horas enteras de calor por el clima, donde el sol parecía más alegre que nunca, pero sin superar la calidez de los habitantes de Cartago, que salieron a las bancadas con banderas, vestidos de amarillo selección, de amarillo orgullo y amarillo campeón, porque saben que tanto en María Camila como en las demás jugadoras de esta selección todavía hay mucho para ganar.
El recorrido que duró varias horas se acercó a los barrios más populares, principalmente de la comuna uno donde nació y creció esta damita del fútbol, siendo Bellavista la zona con más calor humano y donde se pudo ver el amor y la nostalgia de la jugadora por su cuadra, por sus vecinos y amigos de toda la vida.
De la 83 para el mundo, así se escuchaba el eco en el barrio de María Camila Correa Tovar, quien al finalizar la jornada recibió un homenaje por parte de la administración municipal, encabezada por el alcalde Víctor Álvarez, en nombre de toda la ciudadanía cartagüeña.
