Un tribunal especializado da un duro golpe al crimen organizado en el Salvador.
El Salvador ha hecho historia. Amadeo Yovany Hernández Perla, conocido por su alias ‘Grillo’, líder de la temida pandilla ‘Mara Salvatrucha MS13’, ha sido condenado a 634 años de cárcel por un tribunal contra el crimen organizado. Según informaciones del Centro Judiciales, ‘Grillo’ ha sido hallado culpable de participar en 23 homicidios y de incurrir en diversos delitos que incluyen proposición y conspiración para cometer homicidio agravado, pertenencia a organizaciones terroristas, extorsión agravada, robo agravado, hurto y homicidio tentado.
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Hernández Perla, a lo largo de seis años, se involucró en crímenes que tuvieron lugar en diferentes municipios del país. El Centro Judiciales no clarificó la detención bajo el régimen excepcional de El Salvador contra pandillas, mientras el país refuerza sus acciones.
Originadas en parte debido a la guerra civil salvadoreña (1980-1992) y fortalecidas por la deportación de pandilleros desde Estados Unidos, las pandillas han desafiado consistentemente los planes de seguridad establecidos por cuatro administraciones consecutivas en El Salvador. En respuesta, el actual presidente, Nayib Bukele, ha emprendido una lucha directa contra estas estructuras. Bajo su mandato, más de 72,000 individuos, sospechosos de tener vínculos con pandillas, han sido detenidos.
El cerrojo militar de Bukele: una medida radical.
Nayib Bukele no ha dudado en establecer drásticas medidas. Recientemente, instauró un cerco militar en Cabañas, en un intento por frenar el crecimiento pandillero. Este movimiento se suma a la «guerra contra las maras» que inició en marzo de 2022, tras una ola de violencia que culminó en 87 homicidios en un solo fin de semana. Desde entonces, Bukele ha implementado cercos militares en diferentes regiones, aunque esta es la primera vez que se establece uno en un departamento completo.
Mediante la red social X, sucesora de Twitter, el mandatario anunció el despliegue de 7,000 militares y 1,000 policías en Cabañas. Su objetivo: «evitar la salida de pandilleros del departamento y cortar todas las líneas de suministro de los grupos terroristas».
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Sin embargo, estas acciones no han estado exentas de críticas. Organizaciones de derechos humanos han señalado reiteradamente su preocupación por las tácticas adoptadas por el presidente, que, pese a ser eficaces en algunos casos, también podrían vulnerar los derechos de los ciudadanos.
En resumen, mientras que El Salvador celebra una victoria judicial contra la ‘Mara Salvatrucha’, el camino hacia la seguridad y la justicia aún tiene muchos desafíos por delante. Las estrategias del presidente Bukele, pese a ser audaces, continúan siendo motivo de debate a nivel nacional e internacional.
