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sábado, febrero 8, 2025
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El esfuerzo de un anciano de 95 años para sobrevivir en las calles, vendiendo manzanas

A pesar de su edad y soledad, Marcelino sigue adelante cada día para sobrevivir.

La conmovedora historia de Marcelino Cabrejos, un anciano que lucha por sobrevivir

Marcelino Cabrejos Delgado, un hombre de 95 años originario de Chiclayo, enfrenta a diario la dura realidad de la soledad y la pobreza. Desde hace años, este anciano se dedica a vender manzanas en el centro de la ciudad, específicamente en el primer cuadro del Jirón Serafín Filomeno. Su historia de vida, marcada por la lucha constante por sobrevivir, pone en evidencia la vulnerabilidad de muchos adultos mayores que, al igual que él, viven en condiciones precarias, sin el apoyo de sus familias ni de las autoridades.

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A pesar de su edad avanzada y los problemas de salud que arrastra, como dolores abdominales derivados de un accidente reciente, Marcelino sigue trabajando todos los días en su puesto de venta. Esta es la única fuente de ingresos que tiene, pues su vida está basada en la venta de manzanas a un sol cada una. No obstante, la situación no siempre es favorable: hay días en los que no logra vender ninguna fruta, lo que lo obliga a subsistir únicamente con agua y manzanas.

La difícil vida de un anciano en situación de abandono

Marcelino Cabrejos no solo enfrenta las dificultades físicas de su edad, sino que también lucha contra la soledad y el abandono. Aunque tiene cuatro hijos, ninguno de ellos reside con él ni parece dispuesto a ofrecerle el apoyo que necesita en su vejez. Vive solo en un terreno prestado por su arrendador en el kilómetro 19 de la carretera Federico Basadre, un lugar apartado donde, además de las complicaciones de la vida cotidiana, debe hacer frente a la tristeza de la ausencia de sus seres queridos.

A pesar de estos obstáculos, el anciano no se da por vencido. Con esfuerzo y valentía, sale todos los días desde las 5 de la mañana, a pesar de las lesiones que sufrió en un reciente atropello, para llegar a su puesto de venta a las 6:00 a.m. Sin embargo, la venta no siempre es exitosa. En muchas ocasiones, Marcelino se ve obligado a dormir sin haber vendido nada, con la esperanza de que el día siguiente le brinde una nueva oportunidad. Esta rutina agotadora no solo es un reflejo de su tenacidad, sino también de la falta de una red de apoyo que lo respalde.

El llamado de atención a la sociedad y las autoridades

La historia de Marcelino Cabrejos es un claro reflejo de la realidad de muchos adultos mayores en situación de abandono, una problemática que sigue sin recibir la atención adecuada. En la reciente transmisión de su testimonio, varios ciudadanos se acercaron para comprar manzanas y ayudarlo económicamente. Sin embargo, su situación es un ejemplo de la urgencia de implementar un sistema de apoyo más sólido para los adultos mayores.

Las autoridades y la sociedad deben tomar conciencia de las difíciles condiciones en las que viven muchos ancianos como Marcelino. La falta de un sistema de seguridad social eficiente y el desinterés de algunas familias hacia sus padres y abuelos deja a muchos adultos mayores sin recursos, sin atención médica adecuada y, lo más doloroso, sin compañía en su vejez. Marcelino, aunque agradecido por la ayuda de los ciudadanos que lo apoyan, continúa enfrentando una realidad de soledad y necesidad que debe ser visibilizada y abordada de manera urgente.

Un ejemplo de resiliencia y valentía ante la adversidad

El caso de Marcelino Cabrejos no solo es un testimonio de sufrimiento, sino también de fortaleza. A pesar de los obstáculos, su historia nos recuerda la importancia de valorar y proteger a nuestros adultos mayores. Este anciano demuestra, a través de su lucha diaria, la necesidad de generar conciencia social sobre el bienestar de los mayores y sobre la creación de políticas públicas que aseguren su dignidad y calidad de vida.

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Cada día, Marcelino Cabrejos sale a la calle con la esperanza de vender sus manzanas y, aunque sus esfuerzos a veces no son recompensados, su valentía y determinación siguen siendo un ejemplo para todos. En su testimonio se refleja el rostro de muchos ancianos que, a pesar de ser olvidados por sus familias y por la sociedad, siguen adelante con dignidad.

Redacción El Norte Hoy

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