Segovia, ciudad que se enorgullece de su convivencia pacífica y tradiciones culturales, ha sido testigo de un atroz femicidio que ha dejado a la comunidad en luto. La víctima, una migrante venezolana de tan solo 18 años, fue brutalmente asesinada en su lugar de trabajo.
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La tragedia en el bar: una noche de terror
Johana Carolina Betancourt Rojas, la joven víctima de este espeluznante hecho, se desempeñaba como empleada en el bar donde aconteció la tragedia. De acuerdo con los testimonios, en medio de su jornada laboral, su agresor, identificado como Gilberto Muñoz Barrientos, de 52 años y originario de Yolombó, ingresó al establecimiento con un arma blanca. Sin mediar palabras, descargó su ira contra la indefensa joven en frente de los horrorizados clientes.
Las múltiples puñaladas recibidas por Johana en diferentes partes del cuerpo sellaron su fatal destino, a pesar de los desesperados intentos de los presentes por auxiliarla. «Era una joven muy amable y trabajadora», expresaron los consternados testigos, que conocían y apreciaban a Johana.
La captura del agresor y las repercusiones del caso
En un giro de los acontecimientos, los propios clientes impidieron la huida del agresor, sometiéndolo a un castigo físico antes de que la policía interviniera para evitar un linchamiento. Tras su detención, el caso ha pasado a manos de la Fiscalía General de la Nación.
«La víctima se encontraba atendiendo a un cliente cuando otro individuo ingresó, experimentando algún tipo de sentimiento negativo hacia ella. Utilizando un arma blanca, le causó una herida mortal», relató el coronel Carlos Martínez, comandante de la Policía de Antioquia.
Una creciente preocupación: la violencia de género
La noticia ha conmocionado a la sociedad, sumando este caso al alarmante número de femicidios en el municipio de Antioquia. Se han presentado un total de 42 mujeres asesinadas en lo que va de año. Diversos colectivos de defensa de los derechos de la mujer han levantado la voz en las redes sociales. Insisten en la necesidad urgente de combatir la violencia de género y promover la igualdad de derechos.
Este trágico suceso se suma a otro caso igualmente horrendo ocurrido en Bogotá, donde Angélica Sucre, también migrante venezolana, fue asfixiada por su pareja, y su cuerpo, abandonado en una maleta en la vía pública.
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Las autoridades persisten en su labor de recopilación de pruebas para esclarecer ambos casos y asegurar que se haga justicia en memoria de Johana Carolina Betancourt Rojas y Angélica Sucre. La lucha contra la violencia de género es una tarea pendiente que no puede ser postergada. La sociedad clama por seguridad, respeto y justicia para todas las mujeres.
