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viernes, marzo 29, 2024

Fue condenada a 14 años de prisión por comerse un pollo asado y no pagarlo.

Sandra del Pilar lucha por la justicia y su libertad.

Sandra del Pilar ha estado internada en una prisión de Colombia durante los últimos cuatro años. Su crimen: comer un pollo asado junto a su esposo y su hijo en un momento de necesidad. Su historia, dada a conocer por el medio de comunicación colombiano, City TV, ha capturado la atención y la consternación de la nación y del mundo.

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Un Momento de Necesidad

Sandra recuerda con precisión el día que la llamaron de la escuela de su hijo. Su hijo se había desmayado por hambre, una consecuencia directa de la dura situación económica que enfrentaba la familia en ese momento. Sandra y su esposo, en su desesperación, decidieron ir a comer pollo asado a un restaurante local, a pesar de que no tenían dinero para pagar la comida.

De la Esperanza a la Desesperación

Después de aquel incidente, Sandra y su familia parecían estar saliendo de la crisis económica. Ambos estaban trabajando, vendiendo alimentos y organizando fiestas y eventos de tamaño mediano. La vida parecía mejorar hasta que un día la policía se presentó y solicitó los documentos de identidad de Sandra y su esposo. La razón: ambos tenían una condena de 14 años de prisión por no pagar aquel pollo asado.

Luchando por la Libertad

«No va a pasar ni un solo día en que yo no luche por mi libertad. No se me hace justo que yo esté aquí», afirmó Sandra del Pilar, quien actualmente se encuentra internada en la prisión del Buen Pastor, donde ha asumido el papel de profesora para las demás internas. Su esposo, por su parte, está en La Picota, con un estado de salud delicado.

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«Si mi esposo sale vivo, de la cárcel, es un milagro. Si logramos pasar esta, juntos, es un milagro», le dijo Sandra al periodista, su voz llena de una mezcla de desesperación y esperanza. Ambos están condenados por «usar a menores de edad para cometer un robo». A pesar de las adversidades, Sandra y su esposo esperan recuperar su libertad pronto para poder disfrutar de las festividades con su hijo, quien ahora tiene 17 años.

El caso de Sandra del Pilar destaca las duras realidades que enfrentan muchas personas en condiciones de extrema pobreza, así como el impacto que puede tener la criminalización de la pobreza en las vidas de las personas.

Redacción El Norte Hoy

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