Con seis busetas, de las 85 hábiles que hace parte de su flota, prestará hoy el servicio en Tuluá Valle la empresa de transporte “La Esperanza”.
Luego de una serie de amenazas que ha recibido la empresa, por parte de una banda criminal, las busetas están saliendo escoltadas por la Policía.
Varios eventos delicados se han venido presentando pasado lunes, cuando cinco busetas de la empresa de transporte La Esperanza fueron quemadas en un parqueadero a las afueras de este municipio y el pasado miércoles en horas de la tarde un conductor de una de estas busetas, perteneciente a la misma empresa, fue herido a bala durante un atentado perpetrado por sicarios.
La administradora de la empresa, Claudia Moscoso, confirmó que detrás de estos ataques está una banda de extorsionistas. La funcionaria había anunciado que la empresa dejaría de prestar el servicio hasta que existieran garantías de seguridad, sin embargo en las últimas horas se indicó que tratarán de normalizar sus rutas con algunas de sus busetas que irán escoltadas por uniformados de la policía.
«Son muchas familias afectadas y ellos lo que hacen es que mandan el panfleto, atacan y cuando uno denuncia lo ignoran porque lo consideran un ajuste de cuentas», afirmó Moscoso.
Comentó, además, que estas amenazas empezaron desde el 15 de diciembre de 2022 y que no es la primera vez que esta banda delincuencial, que se hace llamar “La Oficina de Tuluá”, intentan intimidarlos, pues en 2020 también habría recibido unos panfletos con avisos amenazantes.
Al menos 7.000 personas que todos los días utilizan el servicio de esta empresa de transporte urbano se están viendo afectadas en la ciudad de Tuluá.
