Verónica Alcocer, esposa del presidente Gustavo Petro, se ha convertido en una figura polarizante en Colombia. Su presencia en el escenario político y social del país ha levantado una ola de críticas y debates, especialmente por su estilo de vida, que muchos comparan con el de una ‘diva’ más que el esperado de una primera dama. Esta percepción se ve alimentada por los recientes informes sobre sus gastos exorbitantes y sus constantes viajes alrededor del mundo.
Gastos de imagen y asesoría: Un escándalo financiero
La controversia tomó fuerza tras revelarse que Alcocer ha invertido más de 1.000 millones de pesos en asesores de imagen, fotógrafos, vestuaristas, y hasta una chaperona. Estos gastos han causado un gran revuelo, considerando el contexto de austeridad que suelen pregonar los gobiernos de izquierda, como el de su esposo. La situación se complica aún más al sumar los costos asociados a sus numerosos viajes internacionales, realizados bajo el pretexto de acompañar las misiones del jefe de Estado en representación de Colombia.
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Viajes internacionales y su costo para el país
Durante los primeros dieciocho meses de la administración Petro, Alcocer ha participado en cinco giras presidenciales, visitando destinos como Londres, Nueva York, Tokio, Dubái, Roma y Turín. Estas misiones han tenido un costo reportado de 112 millones de pesos, cubriendo viáticos, tiquetes aéreos y transporte terrestre. Este monto ha sido financiado por el Fondo Rotatorio del Ministerio de Relaciones Exteriores, lo que ha generado interrogantes sobre la justificación de estos gastos en un clima de necesidades más apremiantes en el país.
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Críticas y comparaciones: Un debate político y social
La inversión en los viajes de Alcocer ha superado el doble de lo gastado por sus predecesoras, María Juliana Ruíz y María Clemencia Rodríguez, en períodos de tiempo más largos. Este hecho no ha pasado desapercibido, especialmente entre aquellos que, en el pasado, criticaron a las primeras damas de administraciones anteriores por gastos similares.
