En la mañana del domingo 14 de mayo, se reportó una masacre en la zona rural de Cúcuta, Norte de Santander, que cobró la vida de tres hombres. El incidente ocurrió en el corregimiento Buena Esperanza, específicamente en la vereda Los Reyes, sector Punta Arrecha.
La Policía Metropolitana de Cúcuta y el Ejército Nacional fueron alertados por la comunidad y se dirigieron al lugar para llevar a cabo la investigación y determinar las circunstancias de este crimen. Al llegar, encontraron una escena aterradora: tres cuerpos sin vida y dos motocicletas incendiadas. Según el coronel Juan Carlos Ramírez Chaves, comandante de la Mecuc, este hecho estaría relacionado con un enfrentamiento entre grupos armados que operan en la zona.
Se ha revelado que uno de los fallecidos llevaba una camiseta negra con el logo de Adidas y un pantalón vaquero sin cinturón. Además, su cuerpo fue abandonado boca arriba y cubierto con maleza. Según el oficial, se sospecha que esta persona formaba parte de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), mientras que en el área también opera el frente Reinaldo Ardila Gómez del ELN.
Las víctimas aún no han sido identificadas y sus cuerpos se encuentran en el Instituto de Medicina Legal. El asesinato fue perpetrado con disparos de arma de fuego, pero debido a la falta de testigos y al código de silencio que impera en la zona, las autoridades enfrentan dificultades para obtener información relevante.
Se ha destacado que en Norte de Santander existen tres redes delictivas en disputa por el control de la producción de cocaína, ya que la región es estratégica en las rutas del narcotráfico.
Este trágico suceso es un recordatorio de la violencia que aún afecta a ciertas áreas del país y la importancia de que las autoridades refuercen los esfuerzos para garantizar la seguridad de los ciudadanos. Se espera que las investigaciones arrojen luz sobre los responsables de esta masacre y se haga justicia en memoria de las víctimas.
