Varios colegios se convirtieron en refugios temporales mientras se gestionaba la evacuación.
Una fuerte tormenta que azotó Bogotá en la noche del miércoles 6 y la madrugada del jueves 7 de noviembre dejó a más de 1.000 personas atrapadas en la Autopista Norte, una de las principales arterias viales de la ciudad. Ante la magnitud de la emergencia, las autoridades no solo recurrieron a los habituales procedimientos de evacuación, sino que también utilizaron botes y trajes de neopreno para rescatar a los afectados. Las lluvias generaron intensas inundaciones que dejaron a los ciudadanos atrapados, principalmente entre los sectores de la calle 215 y la 235, donde varios colegios se convirtieron en refugios temporales.
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Impacto en la educación y transporte: caos en Bogotá
La emergencia fue tan severa que obligó a la suspensión de clases en varios colegios ubicados en la zona afectada, como el Andino, San Angelo, Cambridge y La Frontera, que albergaron a niños y padres durante toda la noche. Según el alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, las actividades académicas en estas instituciones se suspendieron de manera inmediata, mientras se coordinaban los esfuerzos de evacuación.
Las lluvias también paralizaron el tráfico en la Autopista Norte, lo que obligó a las autoridades a activar un plan de contingencia. La Secretaría de Movilidad de Bogotá indicó que se suspenderían las rutas de Transmilenio alimentadoras de Guaymaral y Jardines, y se implementó un sistema reversible en la autopista para facilitar el ingreso a la ciudad. Asimismo, se habilitó una ruta de salida de emergencia por la carrera Séptima, con el fin de evacuar a los vehículos atrapados en la zona inundada.
#Bogotá| #Atentos| Así se vivió la noche de éste miércoles 6 de noviembre en la Autopista Norte. Las fuertes lluvias ocasionaron inundaciones por colapso del sistema de alcantarillado. La @Bogota
— Sin Fronteras Noticias (@Sinfronterasno2) November 7, 2024
realizaron operativos de rescate de personas y vehículos anegados. pic.twitter.com/3sjsaOSwfd
El panorama en la ciudad se complicó aún más cuando se informó que al menos 121 niños que viajaban en buses escolares tuvieron que ser evacuados de manera urgente. Estos niños, que se encontraban en tránsito cuando las lluvias comenzaron, fueron rescatados por los cuerpos de emergencia que emplearon botes inflables y grúas para llegar a los vehículos atrapados. En varios videos publicados en redes sociales, se podía ver cómo los organismos de rescate se adentraban en el agua, ayudados por trajes de neopreno, para sacar a los atrapados.
Los retos de la infraestructura y el impacto ambiental
El alcalde Galán describió la situación como un «desafío histórico», mencionando que el sector afectado, sobre todo la Autopista Norte, se encuentra sobre el humedal Torca-Guaymaral, una zona ecológica sensible que contribuyó a la magnitud de las inundaciones. La saturación de los suelos y la capacidad limitada de drenaje en la zona fueron factores clave en el desbordamiento de las aguas, que afectaron tanto a la infraestructura vial como a la población.
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«El humedal no estaba preparado para recibir tal cantidad de agua en tan poco tiempo», indicó Galán, explicando que los esfuerzos de las autoridades para mejorar el sistema de drenaje en la ciudad se ven constantemente desbordados por la intensidad de las lluvias, especialmente en épocas de fuertes aguaceros como las que se vivieron esta semana.
Aunque la situación ha comenzado a mejorar gradualmente, las autoridades continúan evaluando los daños y trabajando en la recuperación de las zonas afectadas. Además, la Alcaldía anunció que se investigarán las causas específicas del colapso de los sistemas de drenaje para prevenir futuras emergencias de este tipo.