El Servicio Nacional de Migración (SNM) ha emitido informes preocupantes sobre el creciente número de personas que atraviesan la selva del Darién, frontera natural entre Panamá y Colombia, en su búsqueda hacia Norteamérica. Desde enero de 2024, se estima que aproximadamente 118.000 individuos han emprendido este peligroso viaje a través de este territorio selvático.
La selva del Darién: un puente natural para la migración
La selva del Darién, un vasto parque nacional que abarca 575.000 hectáreas, se erige como un puente natural entre Suramérica y el istmo centroamericano. Esta región interrumpe la carretera Panamericana, la vía terrestre más extensa del mundo, y se ha convertido en un punto crucial para aquellos que buscan llegar a Norteamérica.
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Cifras preocupantes reveladas por la Oficina de Migración Panameña
Según datos proporcionados por la Oficina de Migración Panameña, el flujo de migrantes irregulares en tránsito ha alcanzado cifras alarmantes. Desde el inicio de 2024 hasta la fecha actual, un total de 118.073 personas han llegado a la región del Darién. Tan solo en los primeros 11 días de abril, 8.065 individuos ingresaron a la provincia, con 485 registros solo el miércoles pasado.
Riesgos mortales y falta de protección
El Ministerio de Seguridad Pública de Panamá ha alertado sobre los peligros que enfrentan los migrantes durante su travesía por el Darién. Más de 114.000 personas han cruzado la selva hasta el lunes pasado, con más del 20% de ellos siendo menores de edad. Se estima que el 60% de los viajeros durante el primer trimestre de 2024 eran de nacionalidad venezolana.
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Los peligros son múltiples y mortales, desde riesgos naturales como crecidas repentinas de ríos y ataques de animales salvajes, hasta la amenaza de bandidos que roban, agreden y violan. La escasez de agua potable, a menudo contaminada por excrementos o cadáveres, agrava aún más las dificultades de estos viajeros.
La organización Human Rights Watch (HRW) ha denunciado la falta de protección y asistencia por parte de las autoridades de Colombia y Panamá hacia los migrantes. Además, han señalado la ausencia de investigaciones sobre los abusos sufridos por estos individuos en su travesía, incluidos los asaltos sexuales. Estas acusaciones han sido rechazadas por ambos gobiernos, generando preocupación sobre la situación de vulnerabilidad en la que se encuentran los migrantes en su viaje por la selva del Darién.
La situación plantea interrogantes sobre las políticas migratorias y la protección de los derechos humanos en la región, así como la necesidad de acciones concretas para abordar los riesgos y brindar asistencia adecuada a aquellos que se aventuran en este peligroso viaje en busca de una vida mejor.
