La violencia persiste en el Cesar y el Catatumbo
Un grave atentado contra una patrulla policial dejó siete uniformados heridos en la vereda Los Pinos, jurisdicción de Pelaya, Cesar. El ataque ocurrió la noche del pasado jueves, cuando los efectivos del GOES de hidrocarburos regresaban de una inspección al oleoducto Caño Limón Coveñas. Según reportes preliminares, fueron sorprendidos por una explosión en el sector conocido como Los Pinos, que los dejó gravemente afectados.
La Gobernación del Cesar expresó su rechazo al ataque y anunció acciones coordinadas con las autoridades para identificar a los responsables. Este hecho se suma a la violencia persistente en las zonas del país afectadas por la presencia de grupos armados ilegales.
Rechazo contundente al atentado en Los Pinos
Tras el ataque, los uniformados fueron trasladados de emergencia a centros asistenciales en Pelaya y posteriormente remitidos a clínicas de mayor complejidad en Aguachica. Videos compartidos en redes sociales muestran el traslado urgente de los heridos en patrullas de la institución, reflejando la gravedad de la situación.
Lea también: Presidente Petro suspende diálogos con el ELN
La Gobernación del Cesar, a través de su vocera, la gobernadora Elvia Milena Sanjuan, condenó enérgicamente el atentado. “El Gobierno del Cesar rechaza el atentado ocurrido anoche contra una patrulla de la Policía, en la vereda Los Pinos. Estamos en articulación con las autoridades para establecer los responsables del hecho”, afirmaron en un comunicado oficial.
De momento, el estado de salud de los heridos no ha sido confirmado, pero la comunidad y las autoridades locales han expresado su preocupación y solidaridad con los afectados.
La violencia persiste en el Cesar y el Catatumbo
El ataque en Pelaya no es un hecho aislado. En las últimas semanas, el Cesar y otras regiones como el Catatumbo han sido escenario de enfrentamientos violentos entre grupos armados al margen de la ley. Según informes, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) opera activamente en esta zona, intensificando las disputas por el control territorial y los recursos estratégicos.
El mismo jueves, otro atentado en el Catatumbo dejó como víctimas a cinco firmantes de paz y líderes comunitarios en medio de combates entre el ELN y disidencias de las FARC. Los enfrentamientos ocurrieron en áreas rurales de Teorama y Tibú, municipios reconocidos por su alta conflictividad en Norte de Santander.
Las autoridades han destacado que estos combates afectan gravemente a la población civil, desplazándola y generando una crisis humanitaria en las regiones involucradas. “El país enfrenta una lucha constante contra los grupos al margen de la ley, que no solo buscan imponer su control territorial, sino también desafiar la estabilidad de las comunidades locales”, comentó un experto en seguridad.
Lea también: Docente en Nariño enviado a prisión por abusos en colegio
Una estela de violencia que no cesa
Los recientes atentados reflejan la complejidad del conflicto armado en Colombia, especialmente en zonas estratégicas como el Cesar y el Catatumbo. Estas regiones no solo son clave por su ubicación geográfica, sino también por los recursos que albergan, lo que las convierte en puntos de interés para grupos ilegales.
Ante la creciente violencia, organizaciones sociales y gubernamentales han intensificado sus llamados a fortalecer las estrategias de seguridad y a buscar alternativas que promuevan la paz en los territorios más afectados. El compromiso de las autoridades será crucial para brindar justicia a las víctimas y prevenir futuros ataques.