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miércoles, diciembre 11, 2024
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Cuerpos de migrantes habrían sido enterrados por grupos criminales

Las autoridades encontraron indicios de que los cuerpos de los migrantes habían sido sepultados, aparentemente para encubrir la implicación de grupos criminales en el tráfico ilegal de personas.

Una tragedia ha golpeado nuevamente a la región fronteriza entre Panamá y Colombia, donde diez migrantes perdieron la vida al intentar cruzar un río en el sector de Carreto. El Servicio Nacional de Frontera (Senafront) de Panamá confirmó la triste noticia este miércoles, tras recibir información de la comunidad ribereña sobre los cuerpos sin vida de los migrantes, quienes fallecieron ahogados debido a una cabeza de agua.

La travesía mortal: La selva del Darién

Estos migrantes, provenientes de Urabá y Chocó en Colombia, atravesaron la peligrosa selva del Darién, un tramo conocido como el tapón del Darién, en su intento de llegar a Estados Unidos. La selva del Darién es un paso sumamente peligroso, lleno de desafíos naturales y amenazas de grupos criminales. La cabeza de agua, una masa de agua, piedras, barro, troncos y ramas que se desplaza a gran velocidad por los ríos, fue la causa directa de esta tragedia, arrasando con todo a su paso y provocando la muerte de los migrantes.

El Senafront ha destacado que los migrantes utilizaban un paso no autorizado por las autoridades panameñas, lo que aumentó el riesgo de su travesía. A pesar de los esfuerzos por canalizar la migración irregular, muchos migrantes siguen optando por rutas peligrosas debido a la falta de opciones seguras y controladas.

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Denuncias de encubrimiento y colaboración criminal

El Servicio Nacional de Frontera también informó que al llegar al lugar, encontraron indicios de que los cuerpos de los migrantes habían sido sepultados, aparentemente para encubrir la implicación de grupos criminales en el tráfico ilegal de personas. Esta práctica es una táctica común utilizada por organizaciones como el Clan del Golfo en Colombia, que cobra entre 200 y 400 dólares por persona para facilitar el paso ilegal.

Las autoridades panameñas han denunciado estos actos y han informado al Ministerio Público para que se realicen las investigaciones pertinentes. La colaboración entre criminales y algunos locales, quienes guían a los migrantes por pasos no autorizados, continúa siendo un problema grave que pone en peligro la vida de miles de personas cada año.

Esfuerzos y desafíos en la gestión de los migrantes

En respuesta a la creciente crisis migratoria, el gobierno de Panamá ha implementado varias medidas para intentar controlar el flujo de migrantes. Entre estas, se incluye la instalación de vallas de alambres de púas en sectores como Cañas Blancas, y la disposición de patrullas especializadas para la protección y seguridad de los migrantes. Sin embargo, estos esfuerzos no siempre son suficientes para disuadir a quienes buscan desesperadamente una mejor vida.

El hallazgo de estos cuerpos no es aislado. Recientemente, se reportó la muerte de Juan Carlos Monzant, un venezolano de 27 años que murió en la selva del Darién debido a problemas de salud mientras intentaba llegar a Estados Unidos junto a su familia. Estas historias reflejan la cruda realidad de quienes se ven obligados a abandonar sus países de origen en busca de oportunidades y seguridad, enfrentando peligros mortales en el camino.

Una crisis humanitaria en crecimiento

En lo que va del año, más de 200,000 personas han cruzado la frontera panameña con destino a países de Centro y Norteamérica. Este flujo constante de migrantes subraya la magnitud de la crisis humanitaria que afecta a la región. Las organizaciones internacionales y los gobiernos locales continúan trabajando para brindar asistencia y protección a los migrantes, pero la situación sigue siendo crítica.

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La tragedia en Carreto es un recordatorio doloroso de los peligros extremos que enfrentan los migrantes y de la necesidad urgente de soluciones más efectivas y humanas. Mientras los países de la región y las organizaciones internacionales buscan respuestas a esta crisis, es fundamental que se priorice la seguridad y los derechos humanos de todos los migrantes.

El hallago de los cuerpos de diez migrantes en Panamá es una tragedia que resalta los riesgos mortales asociados con la migración irregular a través de rutas peligrosas como la selva del Darién. A medida que las autoridades panameñas y las organizaciones internacionales trabajan para gestionar y controlar este flujo migratorio, la comunidad global debe redoblar sus esfuerzos para garantizar rutas seguras y legales para quienes buscan un futuro mejor, respetando siempre la dignidad y los derechos de todos los migrantes.

Redacción El Norte Hoy

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