El presidente de Colombia, Gustavo Petro, respondió nuevamente a las críticas relacionadas con la crisis política en Venezuela, derivada del fraude electoral de 2024. El mandatario defendió su decisión de buscar el diálogo en lugar de aislar al régimen de Nicolás Maduro.
Petro insiste en el diálogo como solución
Durante la noche del 7 de enero, Gustavo Petro reaccionó a las declaraciones de la exvicepresidenta Marta Lucía Ramírez, quien criticó la posibilidad de enviar un representante a la toma de posesión de Nicolás Maduro, prevista para el 10 de enero. Ramírez argumentó que cualquier delegación diplomática en el evento legitimaría el fraude electoral de 2024, que consolidó el poder del régimen venezolano.
En respuesta, Petro defendió su enfoque de evitar repetir los errores de gobiernos anteriores, como la ruptura diplomática implementada por Iván Duque. En su cuenta de X, el presidente afirmó que “condenar al hambre a colombianos y venezolanos para desatar el éxodo hacia el norte no es una solución racional”. Según el mandatario, mantener los canales de diálogo abiertos podría facilitar una solución negociada a la crisis política y humanitaria de Venezuela.
“El destino de Venezuela es de las y los venezolanos. Colombia debe ayudar, si se le invita, a todo esfuerzo de diálogo y construcción democrática y pacífica”, puntualizó Petro.
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Críticas y presión nacional
La postura del presidente ha generado una oleada de críticas por parte de sectores políticos, diplomáticos y académicos en Colombia. Un grupo de más de 500 personalidades, incluyendo excancilleres, economistas y líderes de opinión, firmó una carta solicitando al gobierno abstenerse de enviar representantes a la ceremonia de Maduro.
La misiva argumenta que participar en la posesión podría interpretarse como un respaldo implícito al régimen autoritario y representaría una contradicción a los principios democráticos que Colombia promueve en la región. Además, subrayaron que más del 90% de los colombianos rechaza reconocer a Maduro como presidente.
Consecuencias de la crisis en Venezuela
La situación en Venezuela ha tenido un impacto significativo en la región. Más de siete millones de venezolanos han migrado en los últimos años, buscando mejores condiciones de vida en otros países. La selva del Darién, una de las rutas más peligrosas hacia Estados Unidos, se ha convertido en un corredor de desesperación para miles de familias que huyen de la crisis.
En paralelo, la detención del yerno de Edmundo González, presidente electo de Venezuela, y el acoso a familiares de la opositora María Corina Machado, han intensificado las denuncias de la comunidad internacional contra el régimen de Maduro. Este contexto ha avivado el debate sobre cómo Colombia debería manejar sus relaciones con Venezuela.
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Un debate que persiste
La decisión de Petro de priorizar el diálogo sobre el aislamiento diplomático refuerza su postura de construir soluciones sostenibles mediante la cooperación regional. Sin embargo, la presión interna y externa continúa creciendo. La comunidad internacional, liderada por países como Estados Unidos y la Unión Europea, ha mantenido una postura crítica hacia el gobierno de Maduro y ha exigido reformas democráticas inmediatas.
La posesión de Nicolás Maduro promete ser un punto de inflexión en la política internacional. El papel que asuma Colombia en este momento podría influir en las dinámicas diplomáticas y en la relación bilateral con Venezuela. Mientras tanto, los venezolanos continúan enfrentando una crisis que parece lejos de resolverse.