El acusado fue enviado a prisión por actos violentos cometidos contra tres menores bajo su cuidado.
Un horror oculto por años
Horror familiar en Pereira es la frase que mejor describe el caso que conmociona hoy a la ciudad. Un juez de control de garantías envió a prisión a un hombre de 20 años, señalado de haber cometido actos violentos contra tres menores de edad, sus propios sobrinos, cuando apenas era un adolescente. La decisión fue tomada tras analizar el material probatorio presentado por la Fiscalía General de la Nación.
Los hechos ocurrieron en octubre de 2004, en el barrio Esperanza Galicia. El joven —entonces menor de edad— aprovechó los momentos en los que cuidaba a sus sobrinos para someter a los dos mayores, de 12 y 10 años, a vejámenes que dejaron secuelas emocionales. El menor de seis años también fue víctima de agresiones físicas, y presuntamente fue amenazado con un arma cortopunzante para guardar silencio.
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Horror familiar en Pereira confirmado por la Fiscalía
El fiscal del Centro de Atención Integral a Víctimas de Abuso Sexual (Caivas), adscrito a la Seccional Risaralda, imputó los delitos de acceso carnal violento, acto sexual violento y violencia intrafamiliar, todos agravados. Aunque el señalado no aceptó los cargos, el juez consideró que las pruebas eran contundentes y determinó enviarlo a un centro carcelario mientras avanza el proceso.
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Caso familiar impactante salió a la luz pública
Durante años, los menores no hablaron del horror vivido. Las amenazas y la cercanía con el agresor bloquearon cualquier intento de denuncia. Solo con el paso del tiempo y la intervención psicológica adecuada pudieron revelar lo sucedido. La Fiscalía valoró su valentía y colaboración en el proceso judicial.
Este caso vuelve a poner en el centro del debate la urgencia de detectar señales de maltrato y agresión dentro de los propios núcleos familiares. Muchas veces, los responsables son personas de extrema cercanía a las víctimas.
Comunidad pide prevención y acompañamiento
El caso ha generado conmoción en el barrio Esperanza Galicia. Algunos vecinos aseguran que jamás imaginaron lo que ocurría en esa vivienda. Organizaciones sociales locales exigen más recursos para la prevención, detección y atención a víctimas de violencia dentro de los hogares.
Este horror familiar en Pereira pone en evidencia la urgencia de reforzar las redes de protección infantil, sobre todo cuando el agresor forma parte del entorno más cercano.