Ana Rosas Mavares, una mujer venezolana de 31 años, perdió la vida después de someterse a un procedimiento estético de lipolaser en el centro clínico de Marina Plaza en la ciudad de Cumaná, Venezuela.
Según la familia de la víctima, la negligencia médica fue la causante del fatal desenlace, ya que la operación fue realizada por un equipo médico inexperto y negligente. El día de la cirugía, Ana comenzó a presentar complicaciones de salud, pero no recibió la atención médica necesaria de manera inmediata, lo que empeoró su estado.
A pesar de la gravedad de la situación, los médicos no pudieron encontrar una ambulancia equipada con todo lo necesario para trasladarla a un centro médico, lo que retrasó su atención médica hasta las primeras horas de la mañana. Desafortunadamente, Ana no pudo resistir más y falleció en el proceso de traslado.
Después del suceso, el cirujano Alexander Larrochelle fue detenido por las autoridades por ser el responsable principal del fallecimiento de la mujer. Además, según la madre de Ana, el centro clínico de Marina Plaza carece de los implementos necesarios y de los profesionales adecuados, lo que lo convierte en una «carnicería».
Este caso es un recordatorio triste de los riesgos que pueden estar asociados con los procedimientos estéticos y la importancia de confiar solo en profesionales experimentados y capacitados en la materia. Nuestras condolencias están con la familia y seres queridos de Ana en este momento difícil.
