Una niña de 12 años residente en la localidad de Bosa, al sur de Bogotá, se convierte en víctima de un robo que va más allá de lo material: ladrones sustraen su implante coclear, un dispositivo vital para su salud auditiva. Este hecho ha conmocionado a la comunidad y ha puesto en evidencia la vulnerabilidad de quienes dependen de tecnologías médicas específicas para su bienestar.
Un golpe a la salud de la menor
El robo ocurrió el pasado 19 de febrero mientras la niña se dirigía al colegio en compañía de su madre, Leidy Mariana Caballero. Según el relato de la progenitora, la pequeña no utilizó el implante coclear en ese momento debido a que tenía el cabello mojado, lo que podría dañar el dispositivo. Por precaución, lo guardó en un bolsillo de su maleta. Sin embargo, al regresar del colegio, se percataron de su ausencia y la niña, al verse incapaz de expresarse verbalmente con fluidez, manifestó su angustia a través del llanto.
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Impacto emocional y económico para la familia
Para Leidy Mariana Caballero, madre de la afectada, el robo va más allá de la pérdida material, ya que el implante coclear es un elemento crucial para la audición de su hija. La imposibilidad de comunicarse efectivamente agrava la situación, convirtiendo esta pérdida en un golpe emocional para la menor y su familia. Además, el alto costo del dispositivo, estimado en aproximadamente 50 millones de pesos, representa una carga económica significativa para una familia que depende de la asistencia de la EPS para adquirir este tipo de tecnología médica.
Llamado a la solidaridad y la conciencia ciudadana
Ante este lamentable suceso, la comunidad de Bosa se une en solidaridad con la familia afectada, instando a las autoridades locales a intensificar los esfuerzos para recuperar el implante coclear y brindar apoyo a la niña en su proceso de adaptación sin este dispositivo vital. Asimismo, se hace un llamado a la conciencia ciudadana para que se denuncie cualquier información relevante que pueda conducir a la recuperación del implante y a la identificación de los responsables de este acto reprochable.
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En un contexto donde la tecnología médica juega un papel crucial en la calidad de vida de muchas personas, es imperativo garantizar la seguridad y protección de estos dispositivos, así como brindar apoyo y solidaridad a quienes se ven afectados por actos vandálicos como el ocurrido en este caso. La niña de 12 años y su familia esperan que la justicia prevalezca y que pronto puedan recuperar el implante coclear que tanto necesita para su bienestar y desarrollo.
