Joven con aspiraciones médicas es asesinada en México; familiares exigen justicia
Una joven promesa truncada
El 12 de septiembre, la comunidad colombiana residente en México, así como estudiantes de medicina y defensores de los derechos de la mujer, despertaron con una noticia desgarradora: Ana María Serrando Céspedes, una joven de 18 años, sobrina de exministro colombiano, fue víctima de un brutal feminicidio. La joven, que hace apenas dos meses había iniciado su camino académico con el firme propósito de convertirse en cardióloga, ya no cumplirá ese sueño.
NUNCA NUNCA !! Creí poder estar tan cerca de de un acto tan brutal como despreciable que un FEMINICIDIO. Hoy con el dolor en el alma y el corazón ♥️ no puedo aceptar quedarnos callados a que impunemente ese tipo de actos sigan en cualquier lugar del mundo. Le sucedió en esta…
— José Manuel Restrepo Abondano (@jrestrp) September 17, 2023
Desgarrador llamado a través de las redes de la madre de sobrina de exministro colombiano
María Ximena Céspedes, madre de Ana María, no contuvo su dolor y decidió expresarlo a través de un video en Instagram. En él, denunció públicamente la trágica muerte de su hija. Señaló como presunto responsable a Alan Gil Romero, exnovio de la joven, que ya ha sido detenido. «No solo nos quitó a mi niña, sino la tranquilidad y la libertad. No podemos regresar a nuestra casa y aquellos que estuvimos cerca ese día, tememos por nuestra integridad», manifestó una angustiada María Ximena. Su petición es clara: que se haga justicia, que este acto no quede impune y que los feminicidios en México tengan un alto definitivo.
El dolor alcanza las esferas más altas
El impacto de esta tragedia alcanzó niveles nacionales e internacionales debido a una conexión familiar: José Manuel Restrepo Abondano, exministro de Hacienda y de Comercio, y ahora rector de la Universidad EIA, era tío de Ana María. Quien la llamaba cariñosamente «Nana», manifestó su profunda tristeza y desazón ante lo ocurrido. Durante una intervención en medios, el exfuncionario declaró que nunca imaginó que un acto tan atroz tocaría a su familia tan directamente y, como tantos otros, pidió justicia.
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Mientras las investigaciones avanzan y México se enfrenta nuevamente al espejo de la violencia de género, la comunidad, la familia y amigos de Ana María luchan para mantener viva su memoria, recordando sus sueños y la pasión que tenía por la medicina.