La sombra del miedo se cierne sobre las obras de Valle del Cauca
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La rehabilitación de la antigua vía Simón Bolívar, una ruta estratégica para el turismo de Buenaventura entre El Pailón y Aguaclara, ha sido abruptamente detenida. Los trabajos, a cargo de la Gobernación del Valle del Cauca, se han enfrentado a una serie de amenazas e intimidaciones de grupos armados durante los últimos seis meses. El último incidente, la quema de maquinaria vital para el proyecto, ha obligado a una suspensión indefinida de las obras.
Los grupos armados han solicitado reiteradamente «pretensiones económicas» a cambio de no atentar contra la maquinaria y los trabajadores. La escalada de violencia alcanzó un punto crítico el día de ayer a las 4:10 p.m. en el sector de Sabaletas, cuando individuos no identificados destruyeron completamente una máquina de la empresa contratista tras no poder localizar al encargado de la obra.
El descontento de las autoridades: Una llamada a la acción
La gobernadora Clara Luz Roldán, expresó su indignación y descontento frente a la situación en su cuenta de Twitter, donde reclamó la falta de intervención permanente por parte del Ministerio de Defensa, Fuerzas Militares y la Armada de Colombia. La gobernadora cuestionó, «¿Hasta cuándo? La extorsión y los delincuentes no pueden frenar el desarrollo del Valle Invencible».
La importancia del proyecto y la máquina destruida
El secretario de Infraestructura del Valle, Frank Ramírez, explicó la gravedad de la situación, indicando que la maquinaria destruida, una autohormigonera, era esencial para la ejecución de la obra. La rehabilitación de la vía no solo es crucial para el turismo, sino que también afecta directamente a las comunidades de San Antonio, Zacarías, Potedó, Sabaletas, Limones, Guaimía, San Marcos, Llanobajo y Aguaclara.
El impacto en la seguridad y la vida cotidiana
Walter Camilo Murcia, secretario de Convivencia y Seguridad Ciudadana del Valle, advirtió que los hechos violentos no solo perjudican al contratista, sino que amenazan la seguridad de toda la región. Según él, estos eventos subrayan la necesidad de mejorar las condiciones de seguridad, especialmente en la zona rural de Buenaventura, donde los residentes viven aterrorizados y las infraestructuras vitales para el desarrollo y mejora de las condiciones de vida de la población están en riesgo.
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La repercusión en los trabajadores
La suspensión de la obra afecta a más de 230 personas que trabajan directamente e indirectamente en el proyecto vial. Esta paralización no solo detiene el progreso de infraestructura crucial para la región, sino que también pone en juego el sustento de numerosos
